En Italia ha ganado las elecciones una coalición que incluye a la extrema derecha, aunque prefieran denominarse 'nacionalistas'. Esta victoria es similar a la del Brexit, o a lo que podría acontecer en Francia. ¿Es que los pueblos de democracias más que envidiables se han vuelto 'fascistas' de repente? ¿Una ola reaccionaria recorre Europa, como si fuera un virus más contagioso que el covid? Ni es casual ni fortuito, ni es un virus, ni los pueblos se han vuelto fascistas.

Además del contexto de cambios múltiples y variados, es, fundamentalmente, el enorme deterioro a todos los niveles que la resolución de la crisis financiera del 2008 ha producido en Europa. Esa crisis causada por la especulación y corrupción del sistema financiero tendría que haberla pagado la banca. La de Alemania representa casi el 80% de los activos financieros europeos e impuso una solución acorde a sus intereses, que, a través de mecanismos que podríamos llamar 'trileros', la deuda de su banca pasó a ser deuda de los países, es decir, deuda nuestra.

De la noche a la mañana los países europeos nos despertamos como si estuviéramos al sur de Río Grande: en Europa gobiernan los intereses alemanes, como en las Américas durante décadas gobernaron los intereses al norte del Río Grande. Los británicos decidieron salirse del 'yugo' alemán a través del Brexit; los italianos gritan "Italia pertenece a los italianos, no a Ursula von der Leyen"; y en Francia el lepenismo está en condiciones de llegar al poder.

Hay una marea real de fondo: más empobrecimiento y precarización de las clases medias, más desigualdad y mucha gente con miedo al futuro. Además, en Europa tenemos un considerable déficit de legitimidad democrática, ya que los poderes elegidos democráticamente por la ciudadanía no toman las decisiones fundamentales que afectan a nuestras vidas. Fijémonos en el Gobierno español que, a diferencia de gobiernos anteriores, ha hecho una apuesta decidida por la protección social frente a las consecuencias de la guerra, la pandemia y la crisis energética; hace lo que puede y lo dejan… es decir, con soberanía limitada.

Las derechas han convertido la precariedad, las desigualdades y la inseguridad vital en un problema de soberanía nacional, y esta, en una cuestión que determina resultados electorales. ¿Y las izquierdas? Creo que no están. Por eso ganan las derechas 'nacionalistas', porque parecen ser la única alternativa electoral que tienen todas esas personas que creen que se les está robando su soberanía y su democracia, es decir, el control sobre sus vidas.