El lanzador de cuchillos

Rodeos, manadas y enchufados

Rodear el Parlamento cuando los resultados electorales no te gustan, como hace la izquierda radical, es totalitarismo

Rrodear el Parlamento. El SAT, esa cosa bolivariana y rancia de la que viven estupendamente Gordillo y Cañamero y que se define como "un sindicato de clase, alternativo, anticapitalista, asambleario, de acción directa, autónomo, independiente, solidario, internacionalista, pluralista, abierto, antipatriarcal, confederal, republicano, nacionalista andaluz, de izquierdas y utópico" ha llamado a sus huestes a rodear el Parlamento andaluz el día de la toma de posesión del nuevo gobierno de PP y Ciudadanos.

El fascismo, como el movimiento, se demuestra andando; se puede ser fascista de pensamiento y de palabra, pero los verdaderamente peligrosos son los fascistas de obra y omisión. Rodear el Parlamento cuando los resultados electorales no te gustan, como hace sistemáticamente la izquierda radical cuando los ciudadanos deciden votar a otros -lo que suele ocurrir cada vez con más frecuencia- es totalitarismo. Y mirar para otro lado cuando eso ocurre, también. Ya sé que la derecha y el centro -esa falacia plagada de franquistas vergonzantes- no tienen derecho a gobernar, pero nunca vi al PP ni a Ciudadanos incitar a nada semejante cuando la extrema izquierda llegó al Congreso. Ni siquiera cuando el Parlamento Vasco estaba hasta arriba de amigos de ETA. Respeto a la democracia se llama la cosa.

Manadas. En el telediario de Antena 3 ilustran la información sobre la llamada 'Manada de Callosa' con una imagen del supuesto líder en la que aparece con el rostro difuminado. De los miembros de la otra manada, la de los sanfermines, conozco sus caras, sus cambios de imagen, sus nombres, sus profesiones y hasta el barrio sevillano del que proceden. En el caso de Alicante, con cuatro denuncias por violación en grupo, sin embargo se protege la imagen del cabecilla. Y el feminismo tampoco se ha tirado a la calle. De lo que se colige que en la corrección política también hay grados. Y, en su arbitraria escala de valores, una muchacha indefensa está un peldaño por debajo de sus violadores, si estos no son españoles, sino inmigrantes.

Enchufados. Susana Díaz reconoce ahora que el PSOE tiene colocados a dedo y sin más mérito que el carné del partido a 3.405 ciudadanos -y ciudadanas-. Ya saben ustedes por qué somos los andaluces los que más impuestos pagamos de España, recibiendo a cambio los peores servicios del país: para pagar los votos de una legión de paniaguados, repartidos por todo el sector público andaluz y la "administración paralela", compuesta por una tupida red de empresas públicas, fundaciones, agencias y observatorios. Casi 40 años dan para mucho. Y para muchos. Por eso hay tanta gente pataleando.

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