Balsas de piedra

ANTONIO DAPONTE

Sindemia

La gran prevalencia de personas con enfermedades crónicas multiplica la gravedad y mortalidad del Covid-19

Hace unos días, la directora de salud pública de la OMS afirmó que su organización "no sabe" qué falla en nuestro país para que tengamos la incidencia de Covid-19 más alta de Europa.

Mikel Horton, director de Lancet, la revista médica más importante de Europa, ha declarado que el Covid-19 no es una pandemia, sino una "sindemia". Esto es, que la gran prevalencia de personas con enfermedades crónicas o muy mayores que tenemos multiplica la gravedad y mortalidad. A este fenómeno se suma la precariedad, la pobreza y la desigualdad social que padecemos en nuestro país. Acrecentado todo ello por la fragmentación y deterioro de los servicios públicos, desde las residencias de mayores a los centros sanitarios y servicios de salud pública.

Son demasiados los errores en la estrategia nacional de gestión de la pandemia en esta segunda onda. Por ejemplo, para los casos sospechosos, se adoptó una definición clínicamente restrictiva para "encajar" la realidad epidemiológica en las capacidades de gestión clínica de la atención primaria y de resolución de pruebas PCR de los laboratorios. En consecuencia, tenemos no solo "asintomáticos", sino miles de personas perfectamente "sintomáticas" sin diagnosticar, porque no se les hacen las pruebas: focos «invisibles» de transmisión vírica. O, también, haber ignorado la evidencia científica -con producción nacional incluida- de que la distancia y la mascarilla no son suficiente protección, porque las partículas virales de los infectados viajan más allá de dos metros y permanecen horas en el aire. Un elemental "principio de precaución" tendría que haber llevado a preparar medidas de protección colectiva frente a esta posibilidad. ¿Qué va a pasar ahora en las aulas?

Cincuenta y cinco organizaciones profesionales han dirigido una carta al Gobierno ("En salud, ustedes mandan, pero no saben"), reclamando coordinación y criterios técnicos y científicos para la gestión de la pandemia. Es una más de muchas otras apelaciones desde ámbitos científicos o profesionales denunciando la incapacidad que las autoridades de nuestro país muestran diariamente y que no se corresponde con nuestro nivel cultural, socioeconómico, educativo o científico.

La estrategia nacional y su equipo de gestión son incapaces de encarrilar esta sindemia, y todavía no ha llegado el invierno. Urge un cambio para mejorar la protección de la salud de los españoles, recuperar la credibilidad de los profesionales, utilizar por fin los enormes recursos científicos del país y firmar la pipa de la paz política.

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