Alto y claro

José Antonio Carrizosa

jacarrizosa@grupojoly.com

Sociedad anestesiada

Mientras en Francia las calles están incendiadas y Macron contra las cuerdas, aquí no se mueve una hoja. Por ahora

Miren cómo está Francia: las calles incendiadas, en sentido literal, a cuenta del aumento de le edad de jubilación y el presidente Macron cada día más contra las cuerdas. La pregunta es cuándo tirará la toalla. Miren ahora para España: los trabajadores pierden poder adquisitivo como nunca antes en más de treinta años y cada día resulta más complicado llenar la cesta de la compra y llegar a fin de mes. Pero aquí no se mueve una hoja. Pedro Sánchez puede estar tranquilo por ese lado. La sociedad española, y eso incluye a su clase trabajadora, está anestesiada y sin plan ninguno para despertarse. Los sindicatos, a pesar de su escasa implantación, actúan como analgésicos potentes para que la calle permanezca en calma. A lo más que llegan es a alzar un poco la voz para advertir al PP que si llega a gobernar entonces sí que las cosas van a cambiar y Feijóo se va a enterar de lo que vale un peine. Cualquiera diría que el Gobierno está acertando con sus medidas sociales y que anunciar por la cara cientos de miles de viviendas que ni están ni se sabe si alguna vez estarán sale a cuenta. Esa quietud social se traslada incluso a los planes para desestabilizar a los gobiernos regionales de derecha. En Andalucía hemos tenido un ejemplo claro en los últimos meses. El intento de buscarle un problema serio a Juanma Moreno con manifestaciones por el mal estado de la sanidad pública se ha saldado con un indiscutible fracaso.

La gente no está para salir a la calle y ponerse detrás de una pancarta. Por lo menos, por ahora. Porque todo tiene un límite y la contestación social que se ha desatado en Francia o los brotes que se están produciendo en Portugal dan para ponerse a pensar. Estamos entrando en un mundo nuevo en el que las relaciones de trabajo y muchas reglas sociales cambian delante de nuestros ojos y más que lo van a hacer con fenómenos como la implantación en el ámbito laboral de la inteligencia artificial. La sociedad en la que vivimos cada vez se parece menos a la de antes de la pandemia y no digamos a la anterior de la gran crisis financiera de 2008.

Francia, que siempre nos lleva una delantera de varios cuerpos, nos señala por dónde pueden ir la contestación social a no mucho tardar. La existencia de un Gobierno de izquierda, aunque de comportamientos tan caóticos como la coalición que encabeza Pedro Sánchez tiene la virtualidad de adormecer las tensiones. Pero el cambio de ciclo parece inexorable y entonces todo puede cambiar.

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