Mirada alrededor

Juan José Ruiz Molinero

jjruizmolinero@gmail.com

Teatro (o política) del absurdo

La moción de censura ha superado el peor perfil esperpéntico de nuestro Parlamento

Ionesco no hubiese superado la representación del absurdo ofrecida en el Congreso de los Diputados durante la moción de censura que Vox, con Ramón Tamames como candidato, ejerció contra el presidente del Gobierno Pedro Sánchez. Absurdo, porque, en primer lugar, el 'viejo profesor', no se postulaba como sucesor del actual inquilino de La Moncloa. Absurdo, porque el respetable profesor, luchador contra el franquismo, por lo que sufrió cárcel, miembro destacado que fue del PC y uno de los fundadores de Izquierda Unida, no parecía ser el más indicado para convertirse en mascarón de proa de un partido ultraderechista. Absurdo, porque al no haber posibilidad de triunfar la moción, iba a convertirse en balón de oxígeno para el censurado, cosa aprovechada por Sánchez para dar una soporífera cuenta de lo que considera sus éxitos, pero sin responder a las acusaciones sobre sus más conocidas aberraciones de su política, como las alteraciones del Código Penal, en la sedición y malversación por exigencias de sus socios, incluyendo la ley del 'Sólo sí es sí', promovida por su ministra de Igualdad, respaldada por la totalidad de su Gobierno en su aprobación y, después, obligado a intentar reformarla por las consecuencias 'no deseadas': suavizar las condenas a más de 700 agresores sexuales y poner en la calle a decenas de ellos.

El 'viejo profesor' desgranó múltiples deficiencias de un Gobierno, por el que podría ser censurado, pero no obtuvo respuestas, caso de la peligrosa vuelta de las dos Españas, sustituida por intentar que la moción fuese no ya sólo contra el PP, sino contra su actual presidente Nuñez Feijóo, que ni estaba presente ni se le esperaba. Es habitual que el Gobierno utilice el recurso de posibles alianzas del partido del centro derecha -o de la derecha extrema, como la llama el PSOE- con Vox. Alianzas criticables, sin duda, pero también las actuales del espectro que sostiene al Gobierno: los irredentos independentistas catalanes o los de H. Bildu, de dramática procedencia.

Otro absurdo habitual es el pugilato de PSOE y PP en el 'Y tú más' en el tema de la corrupción, de la que ambos deben avergonzarse y poner los medios para su fin. La novedad fue la irrupción de la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, para atacar a Tamames -que fue líder en su partido- y hacer un panegírico desmesurado de Sánchez y la totalidad de su Gobierno en una estentórea puesta en escena de su futura oferta electoral del Suma. Ya veremos cómo acepta el soberbio Sánchez ese protagonismo que deteriora su imagen y los propias compañeras de Podemos.

En fin, un teatro (o política) del absurdo el ofrecido por esta moción de censura que ha superado el peor perfil esperpéntico de nuestro Parlamento.

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