Granada sabe de terremotos de los de verdad ya que desde casi siempre pero, en especial desde hace unas semanas, sabemos de numerosos temblores de tierra que han generado preocupación entre la población.

Pero hay también otro tipo de terremotos: los terremotos de la política. Y es que desde que hace pocas semanas se puso en marcha la iniciativa de la moción de censura fallida al gobierno regional de Murcia y el posterior adelanto electoral en Madrid (y más en concreto los resultados electorales del 4 de mayo), estos acontecimientos dibujan un verdadero terremoto político.

Muchos son los aspectos que tendrán que analizarse en profundidad para conocer las causas profundas y las consecuencias de lo acontecido el 4 de mayo, tanto para los ganadores como para los perdedores de las elecciones madrileñas. Yo quiero detenerme en uno de los aspectos que, aunque parezca poco relevante, puede ser causa de nuevas réplicas en el futuro inmediato.

La desaparición de Ciudadanos de la Asamblea regional de Madrid abre una dinámica hacia una previsible implosión de esta fuerza política, que tendrá consecuencias en otras comunidades autónomas (Castilla y León o Andalucía) y puede que en ayuntamientos donde gobierna o cogobierna con el PP (Madrid, Córdoba o Granada, por ejemplo). Veremos si hay un goteo de abandonos de líderes de Ciudadanos y desembarco en el PP. Y, sobre todo, veremos si esta inestable situación en Ciudadanos no termina siendo causa o excusa para un adelanto electoral en Andalucía.

Hay quienes comparan el proceso que se está viviendo en Ciudadanos con lo sucedido hace unas décadas con la extinta UCD y el CDS. Yo creo que no es comparable.

La mayor parte de líderes de Ciudadanos no se parecen ni de lejos ni en cualificación ni en experiencia politica y/o profesional a aquellos líderes liderados por Adolfo Suárez. La inexperiencia y la superficial convicción de muchos de los actuales líderes de Ciudadanos en los valores que dicen defender, impiden equipararlos a aquellos líderes de UCD y CDS.

En cualquier caso, el terremoto político parece que aún nos va a deparar nuevas réplicas para las que habrá que estar atentos y preparados.