Apagón y colas en las heladerías

Siempre que hay una situación insólita surgen preguntas que son difíciles de responder. El apagón en España, Portugal y parte de Francia, algo extraño e inusual, provocó situaciones que dejan en entredicho que el género humano esté tocado por la racionalidad y la inteligencia. A ver. ¿Me pueden decir ustedes por qué había colas enormes en las heladerías como Los Italianos, la Rosa, Grillo… en la tarde del lunes? ¿Acaso se pensaba la gente que los propietarios los regalaban ante el temor de que el apagón los derritiera? ¿Acaso la gente hacía cola porque creía que podía ser el último helado que se podrían comer en su vida? ¿Acaso el personal tenía mono de cola? En fin. Hay otra pregunta que por mucho que los sociólogos ofrezcan sus teorías, nunca sabremos por qué cuando hay una situación que provoca temor en el porvenir, la gente lo primero que hace es atesorar papel higiénico, como si ese papel le ayudará a soportar la adversidad futura. Pasó durante la pandemia y ha pasado ahora con el apagón. Los ciudadanos nos echamos a la calle para comprar a mansalva papel higiénico. ¿Es porque no queremos ir al cielo con el culo sucio? ¿Es porque estamos cagados de miedo? ¿Es porque nos acordamos de cuando nos limpiábamos el trasero con papel de periódico y no queremos que eso vuelva a ocurrir?

Yo creo que las situaciones de miedo nos vuelven irracionales. En el libro Continente salvaje se cuenta la anécdota datada en Alemania tras la firma de la capitulación en la II Guerra Mundial. Los alemanes, ante la situación de carencia, entraban como torbellinos en los almacenes con el objetivo de llevarse algo. Un tipo llegó a matar a otro con el que se había peleado por conseguir un picaporte en una fábrica de puertas. Cuando llegó a su casa y vio por lo que se había peleado, se puso a llorar: ¡El picaporte no le servía para nada! Seguramente algo parecido es lo que pensaran los que compran cantidades ingentes de papel higiénico al llegar a su casa: ¿para qué quiero yo tanto de esto, si solo sirve para limpiarse el culo? Pues eso. No sé si los contratiempos como el del otro día nos hace reflexionar y ser mejores personas, pero sí que al menos hacen que tengamos el culo más limpio. Por cierto, están avanzando que la culpa de los apagones la tienen los políticos, pues enchufan a tanta gente que hacen reventar la infraestructura eléctrica. No me extrañaría.