Vía Augusta
Alberto Grimaldi
La conversión de Pedro
No sería mejor –explota Pánfilo– que en pandemias, incendios y DANA, los políticos aunaran esfuerzos para paliar los desastres en lugar de ejercer de atizafuegos de las catástrofes. Enzarzados en juzgados y parlamentos, ni gobiernan, los unos, ni se oponen eficazmente, los otros. ¿Y si a la gente le da por tirarse a las calles (a las calles de verdad, no a las inanes avenidas de las redes) a quemar contenedores y hasta el andamiaje de la feble democracia que tanto costó alzar? Desplazados por un turismo arrasador que los poderes públicos promocionan. Sin árboles, sin casas, sin sanidad y sin escuelas, pueden prenderse las hogueras del descontento. Volveremos al enfrentamiento, ganarán los de siempre. Cuentan con más experiencia, medios, intereses y descaro. Y después de la batalla, entre los vencidos, el pueblo llano volverá a pasar hambre y, entre los vencedores, el pueblo llano la pasará también. Propone Pánfilo: visto lo visto, suprimir las autonomías y confiar la gestión de la cosa pública a la IA. Poner a los cargos públicos a cavar alamedas cinco años, como mínimo. Suministrarles solo 50€ anuales para ropica. El calzado de balde. Y las azadas. A los que presten servicios voluntarios, como bomberos o en la UME, se les rebajará la condena. Y a los recalcitrantes: solución Mao Tse Tung. Y elecciones, cuanto antes. No repetirá ningún ‘alamedista’ forzado. Ha llegado el momento, decreta Pánfilo, de que paguen justos por depredadores para barrer la era de mierdas. Alarmado está mi amigo, porque, según me dice, a Trump, a Putin y a Netanyahu (el trío del exterminio) les importa un pito el futuro de la especie. Los cree capaces de quemar el mundo. En una escala diferente, pero también sin importarles para nada el destino de sus formaciones, Sánchez y asociados socarrarán a sus votantes, aguantando hasta el fin de la legislatura. Temerosos de perder el poder, les da igual el porvenir de sus partidos, condenados al fracaso o a la extinción. Estamos en manos de terminators. Pánfilo se pone apocalíptico y me anuncia, no una gran extinción, pero sí una brutal regulación de la especie a manos de la Naturaleza, vulnerada y obligada a aclarar la era con la ayuda de esos tres monstruos y la colaboración de todos nosotros, asfixiados por la superpoblación. Esto último, se lo ha cascado un darwinista amigo suyo.
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