Terminada la campaña navideña, los comercios ya cuadran números con el negocio de las rebajas. Otra suculenta trampa de esa gran tela de araña que es el consumismo. Afortunadamente, los humanos seguimos sucumbiendo más ante una emoción inabarcable e incontrolable que ante lo meramente material. Y aunque la bolsa de una conocida superficie de electrónica que sostiene uno de los miembros de esta pareja reza que "aquí cabe todo", lo cierto es que en el amor lo único que no se admite son rebajas. Ellos parecen entregados a aquello que nos recuerda lo que realmente somos.

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