No está siendo fácil ni todo lo rápido que el personal quisiera, pero poco a poco cierta normalidad se está asentando en la vida de todos. Así se puede comprobar en las calles de Granada, donde la gente espera como un día cualquiera que abra un centro comercial para poder realizar las compras. Si no fuera por la presencia de las mascarillas prácticamente todo sería igual a lo que ocurría antes de marzo del pasado año.
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