Las dos orillas
José Joaquín León
Noticia de Extremadura
Alos tibios no nos quiere nadie. Si critico a Sánchez, me llueven los me gusta de mis amigos conservadores, pero si digo que Ayuso es una anomalía democrática, se me ata, por los mismos que antes me alababan, a la picota y se me zahiere. Y si exalto la figura de Yolanda Díaz, a la que deben los trabajadores las pocas mejoras que este gobierno ha aprobado, Sumar me incoa proceso de beatificación; pero como me atreva a decir que Pedro Sánchez no es ningún perro, sino que solo es neurodivergente (lo que, ciertamente, es peor, por sus consecuencias para todes nosotres), se me asaetea como a San Sebastianito por mis amigos progres. Pues, ¿saben lo que les digo?: que me suda el níhpero (¡ay, Cenes de mi infancia y juventud, cuánto te debo!). Y que, ni envidioso ni envidiado, más prefiero una morcilla que en la airfryer reviente que todas las mordidas del mundo, que ahora mismo no sabría cómo gestionar y me vería obligado a meter un administrador que, de seguro, me robaba. Y habría de recurrir a un asesor fiscal, perito en ingeniería financiera, para que me librara de pagar a Hacienda y que llevara mis dineros a paraísos fiscales, refugio u hospicio de los patriotas de toda la vida, y de los nuevos, y para cubrirme de las tarascadas del fisco, caprichoso y extractor dios que, con el conque de que nos paga las medicinas y los estudios a todos los españoles, nos tiene fritos. Y a veces, gastándose el erario, como venimos comprobando, en comisiones, vicios y financiación de los partidos. O en favorecer sus intereses, como ocurre ahora con el grado de IA que la Junta acaba de regalar graciosamente a una universidad privada en detrimento de la Universidad de Granada, de dejando, por ahora, a nuestra vetusta Universidad únicamente con la inteligencia natural que atesora, sin másteres que llevarse a las aulas. De no resolverse el asunto, 46000 euros tendrán que pagar, en la privada, el hijo de la limpiadora, del frutero, del basurero, del camarero o el del repartidor de comida a domicilio. Mientras tanto, Carazo, guardiana de las esencias granaínas, postergando los barrios más populares, acaba de dejar de dulce la Avenida Divina Pastora, para que los fieles puedan acudir a venerar a Fray Leopoldo. El pasado 9 de junio, hubo quien pasó su declaración de la renta por su tumba. A ver quién se atreve a acusar de fraude al limosnero.
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