Un té para Carlos V y su esposa

02 de julio 2025 - 03:08

Un día fui a un examen de Historia estando pez en la materia. No había estudiado nada. Cursaba quinto o sexto de Bachiller, de tanto no me acuerdo. Yo estaba interno en el Colegio San Felipe de Neri, que antes había sido Seminario. El examen era en el Instituto de la Santísima Trinidad de Baeza, en la misma aula en donde había dado clases Antonio Machado. En el pupitre que había delante del mío se sentaban Yayo y Adelaida, que estaban internas en las Filipenses. Ellas eran muy buenas alumnas. Lo tenían todo, pues además eran guapas e inteligentes. Y en mi pupitre, a mi lado, estaba Emiliano, que, como yo, estaba pez en el asunto. Nos habíamos pasado toda la semana en un bar de los soportales jugando al ping pong, que era nuestro entretenimiento favorito. Solo podía aprobar o bien utilizando chuletas o bien fijándonos en los exámenes de las compañeras que teníamos delante. Yayo, que luego se casaría con un famoso juez nacido en Torres, sacaba sobresaliente en casi todo. Antes de la prueba hablé con ella y le expuse mi dificultad por responder bien a las preguntas del examen porque no había estudiado. Ella dijo que me ayudaría, y que después de escribir una pregunta pondría el folio en una esquina del pupitre para que yo pudiera ojear las respuestas desde atrás. Eso sí, me advirtió que no las escribiera tal y como ella las había escrito porque se podía dar cuenta el profesor. Una de las preguntas era sobre la visita de Carlos V a Granada, ciudad que el emperador había elegido para pasar su luna de miel con Isabel de Portugal. Me fijé en lo que había puesto Yayo y en uno de los párrafos puse que el monarca español y su esposa habían sido recibidos en la catedral granadina con un té. Me pareció raro, pero si lo había puesto Yayo… El caso es que Emiliano copió de mí la misma frase. Total, que al darnos las notas los dos teníamos un cero. El profesor estaba convencido de que nos habíamos copiado el uno del otro por la susodicha frase del té. Fui a hablar con Yayo y cuando le expliqué el motivo de nuestro cero, ella se echó a reír. Terminaba el folio diciendo que los reyes habían sido recibidos con un té, pero el comienzo del siguiente folio ponía Deum. ¡Carlos V e Isabel de Portugal habían sido recibidos en la catedral de Granada con un Te Deum!

stats