Cuchillo sin filo

Francisco Correal

fcorreal@diariodesevilla.es

El club Dumas

Esa noche era 20-N, murió la duquesa de Alba, metieron en la cárcel a la Pantoja y era el cumpleaños de Paco Ibáñez

Que un hombre muera por intentar salvar su biblioteca en estos tiempos de locuaces indocumentados es, robándole la fórmula al Gringo Viejo de Carlos Fuentes, una suerte de eutanasia. Alejandría en tu Bormujos, Fito, paraíso del mosto y de los promontorios. La patria de tu amigo Juan Diego, el actor que se subió al Dragón Rapide con los versos de San Juan de la Cruz.

El mundo sigue más o menos igual, pero sin ti, Rafael de Cózar, es muy distinto. Todos han perdido las elecciones y los referendos: Hillary Clinton, David Cameron, Mateo Renzi. Todos menos Rajoy el Incombustible. Nos vimos por última vez en La Carbonería. Ya se ha muerto Paco Lira y un duque trabucaire les cerró una de las puertas, la que da a la residencia de ancianos y a la casa-palacio donde nació Miguel Mañara y que, como casi todos los palacios, es un edificio de la Junta.

Esa noche era 20-N y Paco Ibáñez celebró en Sevilla sus ochenta primaveras. A galopar, a galopar, hasta enterrarlos en el mar. La Carbonería se llenó de músicos de medio mundo que hablaban en árabe, en francés y hasta en cartaginés. Tú estabas con Natalia y yo me colé en la fiesta, como la canción de Mecano y Peter Sellers en El Guateque. Estaba allí Baltasar Garzón, que se ofreció como abogado de Pisco Lira, el hijo del anfitrión, cuando una brigada de policías locales del entonces alcalde y hoy ministro del Interior se presentaron con una orden de precinto del local.

Ese día era jueves con Jueves, un mercadillo con nombre de cura de Chesterton, y hubo dos noticias que abrieron telediarios: murió la duquesa de Alba y entró en la cárcel Isabel Pantoja. Juntas las dos historias, parecen una película de Cifesa. Te escribo para contarte que los hijos de la duquesa abrieron al público el palacio de Dueñas y en una de las salas aparece enmarcada una página del Diario de Cádiz en la que tu amigo que suscribe contaba la buena pareja de hecho que hacían Cayetana y Carlos Edmundo de Ory, tu padre putativo y desterrado al que acompañabas en aquel Carnaval de Cádiz de 1983 que pregonó disfrazado de Mefistófeles. Isabel Pantoja ya salió de prisión y cantará en el estadio de la Cartuja el día de San Juan. Gracias a ti, Fito, el descreído de Arturo Pérez-Reverte, el D'Artagnan del club Dumas que formabas con Eslava Galán, beatificó al cura de Bormujos.

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