Confabulario
Manuel Gregorio González
Lotería y nacimientos
CON la expresión "cristianismo de base" nos referimos a colectivos de católicos que han producido una cultura literaria y una práctica socio-política de izquierdas desde su inspiración cristiana. Son representativos los siguientes: HOAC, JOC, VO, Comunidades Cristianas Populares, Cristianos por el Socialismo, Iglesia de Base de Madrid y Redes Cristianas. Me limitaré a dos aspectos: su relación con la política y sus reivindicaciones bajo determinada perspectiva utópica.
En cuanto a la relación entre religión y política, el cristianismo de base asume que la religión es un factor que favorece la elaboración cultural y la acción política de los creyentes. Tratándose de sujetos ubicados en la izquierda, es obligado clarificar dos cuestiones: a) ¿De dónde sacan su inspiración los cristianos de izquierda? Del proseguimiento de las causas que motivaron el mensaje y praxis de Jesús, singularmente entre los pobres. Y b) ¿dónde despliegan su acción? En un escenario intra-eclesial y otro socio-político.
En el ámbito intra-eclesial practican una religión profética y liberadora, centrada en el Dios de Jesús que se compromete con la historia hasta hacerse carne de la misma. Indirectamente denuncian una religiosidad legitimadora del statu quo: la religión de cristiandad, individualista y evasiva.
En el ámbito socio-político buscan mediaciones económicas, políticas y culturales donde realizar sus principios, recusando una forma de acción política, inspirada en parte en la Doctrina Social de la Iglesia, crítica con el comunismo y a veces con el capitalismo, pero que no va más allá de un imposible reformismo y mantiene el maridaje entre religión y política. Los movimientos de base apuestan por un socialismo democrático y por la laicidad de las mediaciones políticas.
Por otra parte, la utopía del cristianismo de izquierda se perfila con los siguientes rasgos: 1) El ser humano es sujeto y fin de su acción política. Lo expresó Kant: "Obra de tal manera que uses la humanidad siempre como un fin y nunca como un medio". Se trata de una traducción del apotegma de Jesús: "El sábado es para el hombre y no el hombre para el sábado" (Mc 2,27). Entendiendo por sábado el Estado, el sistema, el mercado, el partido, el sindicato, las iglesias...
2) La primacía de los pobres y de la Tierra. Lo dice Redes Cristianas en su Carta de Identidad: "Nos duele profundamente la creciente masa de empobrecidos y dominados". "Desde nuestra conciencia actual, nos preocupa igualmente la brutal explotación que está sufriendo en nuestros días la Tierra". Erradicar la pobreza y defender la Tierra se consideran principios irrenunciables de la acción política y sindical de los cristianos y cristianas de base. La opción por los pobres, siguiendo la "práctica radical" de Jesús, los convierte en principio de verificación de la ortopraxis cristiana.
3) Socialización de la economía. La radicalización democrática de la economía es otra línea de fuerza. Entre la concepción individualista del capitalismo y la planificación del comunismo los cristianos y cristianas de izquierda apuestan por la propiedad social de los medios de producción y la propiedad privada de los bienes de uso y consumo. En el origen está el radicalismo de Jesús sobre la propiedad y los intentos de "ponerlo todo en común" de las primeras comunidades. El relato simbólico sobre el llamado "endemoniado de Gerasa" es elocuente: quienes se apropian de los bienes comunes correrán en el Reino de Dios o Sociedad Alternativa una suerte similar a la de la piara de cerdos que se precipita en el mar.
4) Radicalización de la política. Si en las décadas de los 50-70 luchó contra la dictadura, en la actualidad al cristianismo de izquierda le preocupa la deriva amoral de la democracia. No basta la delegación ni la representación formal para vivir en democracia; se necesitan, además, ética y cauces de participación de la ciudadanía. Ante la sustitución del Estado por la "mano invisible" del mercado neoliberal, apuestan por un Estado defensor de los derechos y de la justicia, promotor del protagonismo de la sociedad civil. Y esta labor no la están facilitando los partidos políticos.
Todo esto explica la preferencia de los cristianos y cristianas de base por los movimientos sociales alternativos, más abiertos a la vida de la ciudadanía. Cualquier intento de articulación con las mediaciones políticas de izquierda sería una quimera sin contar con estos irrenunciables principios.
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