El cupón de San Valentín

Me dicen que en el futuro habrá programas que te diseñarán o te escribirán lo que quieras con solo darles unas pautas

Miedo me da. El otro día un amigo de mi hijo que trabaja en la Inteligencia Artificial me alertaba de que dentro de poco no harán falta ni diseñadores gráficos ni fotógrafos ni escritores al uso como yo. Me dijo que en un futuro ya cercano habrá programas de ordenadores que te diseñarán y te escribirán lo que quieras con solo darles unas pautas. Así por ejemplo le dirás que te escriba un texto en el que haya una historia de amor, algo de sexo y el misterio de un crimen por resolver, y el ordenador te lo escribirá. Es como cuando vas a pedir una pizza y eliges los ingredientes: que tenga pepinillos, anchoas y huevo duro. El amigo de mi hijo me hizo una demostración sobre lo que nos espera con el diseño gráfico. Me pidió que pensara en alguna escena y pensé en un pato al lado de un río y con un sombrero. Lo puso en su programa y apareció lo que yo le había dicho. Incluso varias escenas parecidas para que yo eligiera. "¿Quieres además con un toque picassiano o clásico tirando a Velázquez?", me preguntó después. Le dije que picassiano y apareció el pato con esa aureola surrealista del pintor malagueño. Una pasada. "Los guiones de cine, las telenovelas y las columnas periodísticas también las escribirán los robots y los ordenadores", me dijo después.

Joder, menudo futuro me espera, pensé cuando me despedí del amigo de mi hijo.

Iba con el desánimo metido en el cuerpo cuando entré en una cafetería de mi barrio. Muchas veces me inspiro oyendo a la gente. Me encanta escuchar. En una mesa al lado mío había dos abueletes hablando de la muerte de un conocido de ambos. "Hay que ir al entierro de los demás, si no, vendrán al tuyo", le decía un anciano a otro.

Pasó un rato y cuando se fueron los ancianos se sentaron en la mesa una madre y una hija. La madre pasaba los sesenta y la hija no llegaba a los cuarenta. Era el día anterior al Día de San Valentín y entró un vendedor de la Once ofreciendo cupones especiales para ese día.

-Cómprale uno a tu marido para el día de los enamorados -le aconsejó la madre a su hija.

-Sí, para que le toque y se vaya con otra -dijo con mucha resolución la joven.

La madre se quedó unos segundos en silencio y murmuró:

-Sí. Eso es verdad. No se lo compres.

¿Lo podrá eso superar un robot?

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios