Como no hay escribano, por muy bueno que sea, que nunca en su vida haya echado un borrón, tampoco hay equipo de fútbol, por muy fiable, comprometido y regular que sea, que a veces firme un mal partido y sea goleado. Tras el esfuerzo del pasado jueves y en vísperas de jugar esta semana entrante uno de los choques más importantes de su historia, el Granada llegó al Wanda como líder y salió trasquilado por la goleada sufrida (6-1) ante el Atlético de Madrid. En estos casos se suele decir para buscar consuelo que mejor perder un partido por cinco goles que cinco partidos por un gol. A la frase, tan tópica como cierta, se agarra un Granada que no es un Granada cualquiera, ya que este Granada de Diego Martínez es uno de los mejores de la historia del club, y ha dado tantas alegrías en los últimos meses que tiene derecho no a ceder en un encuentro sino hasta en cinco si hace falta por cinco goles de diferencia. Con Malmoe apareciendo en el horizonte, el borrón y cuenta nueva es ahora más necesario que nunca. Y ya si eso otro día hablamos de Winamax y sus tuits.

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