Las dos orillas
José Joaquín León
Noticia de Extremadura
Los asuntos que más preocupan en este momento a los dirigentes internacionales son las guerras de Gaza y Ucrania y su repercusión en el resto del mapa, sobre todo Oriente Medio, Europa, Estados Unidos y Rusia; los aranceles de Trump, que pueden arruinar a medio mundo incluido Estados Unidos, y la situación del Sahel, un tercio del territorio africano controlado afectado por el yihadismo, radicalizado ahora por la crisis de Gaza. A todo ello hay que sumar las políticas de Defensa y Seguridad, que Trump trata de imponer a través de la OTAN.
En este peligroso escenario al que los mandatarios más influyentes dedican toda su atención, Pedro Sánchez apenas tiene papel. No le invitan a las reuniones en las que participan la media docena de dirigentes europeos más decisivos, el desprecio que muestra hacia Trump nos está pasando ya factura, y Marruecos le ha vuelto a responder con una bofetada cerrando las fronteras de Ceuta y Melilla a pesar de haber reconocido Sánchez el estatus que exigía Mohamed VI para el Sahara.
No hay periódico internacional relevante que no se haya hecho eco de los casos de corrupción del PSOE de Pedro Sánchez, y ha faltado tiempo a esos periódicos para añadir estos días últimos los datos sobre la ayuda económica que recibió Sánchez de su suegro, cuya principal fuente de ingresos eran sus negocios de saunas gays y prostitución. La imagen del jefe de Gobierno español se ha deteriorado muy sensiblemente. El Sánchez avejentado y con rictus amargo, no de triunfador, no atraviesa su mejor momento. Ni en España ni fuera de España.
Esta semana se inician las reuniones del Tribunal de Justicia de la UE sobre la constitucionalidad o no de la amnistía, cuya decisión llegará, promete el TJUE, antes de que finalice el año. Frente a quienes han votado a favor en el TC, con Conde Pumpido al frente, que defienden que es un asunto que solo compete al Tribunal español, otros juristas consideran que cualquier decisión del TC tiene que ser acorde con la legalidad europea, y eso es lo que determinará el TJUE. Se comprenden los nervios del gobierno ante la decisión del tribunal europeo: de ella dependerá en buena parte el apoyo de los independentistas catalanes a Sánchez.
¿Cuál es la prioridad del ministro de Asuntos Exteriores? Albares, siguiendo las instrucciones del presidente, está dedicado en cuerpo y alma a conseguir, como sea, que la Unión Europea acepte de una vez la oficialidad del catalán en sus instituciones, exigencia de Puigdemont. Hasta ahora, sin éxito. Pero Albares no desiste y espera entregar a Sánchez, antes de vacaciones, la decisión afirmativa del Parlamento y la Comisión Europea. Solo piensa en cómo contentar a quien le facilita 7 votos parlamentarios.
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