Vía Augusta
Alberto Grimaldi
La conversión de Pedro
Es una pena que no dejaran a Serrat cantar el La, la, la en catalán tal como pidió para participar en Eurovisión y de ese modo ya se hubiera hablado ese idioma romance en Europa, de modo que ni Sánchez, el puto amo, ni su escudero Illa, sucursal del sanchismo en Cataluña, tengan que estar mendigando por el viejo continente el reconocimiento de la lengua catalana. Yo creo que eso de La, la, la debe sonar muy parecido en catalán, en gallego y puede que hasta en euskera. Otra cosa es explicar cuestiones empresariales, facturas, impuestos y demás temas que a lo mismo en Jerez tendrán que traducir si quieren vender el vino en Girona, Vigo o Eibar.
No se tomen ustedes a broma lo de la canción eurovisiva pues dado que la tremenda amenaza que pende sobre Israel por sus acciones en Gaza es, gran ilusión, eliminarla del concurso de canción que cada año nos patrocina una empresa de Israel. Sí, sí, ríanse ustedes; seguro que el gobierno de Netanyahu debe estar temblando de miedo o más bien tronchándose de risa. Esa es la amenaza, lo más de lo más, lo más atrevido que la Unión Europea, o sus televisiones públicas se atreven a plantear como forma de presión para parar lo de Gaza, llámese como quiera.
Yo me pregunto de qué gónadas nos tienen cogidos el gobierno de Israel a los europeos para que lo máximo que nos atrevamos a plantear sea eliminarlos de un concurso de canción. Ni siquiera en el deporte hay sanciones. Ah, es que Israel cumple la carta olímpica, dicen. Seguramente lo mismo se dijo de Alemania en el verano de 1936.
¿Esa es la Europa que defiende los derechos humanos? Aunque sea para tapar sus escándalos internos reconozcamos que el puto amo Sánchez ha dado un paso al frente y de camino pone en evidencia las fisuras de esa odiosa derecha y derecha extrema que pretende desalojarlo del poder. Europa parece preocuparse por otros problemas como los que afectan al presidente de la república francesa; el cual no tiene claro si su primer amor (título de la canción francesa que ganó Eurovisión hace muchos años) es hombre o mujer. ¿Y qué problema hubiera en ello? Ya lo dijo Rafael: “Hablemos del amor” y luego como nos decía Salomé: “Vivo cantando” o “Vivamos cantando”, mientras vemos caer las bombas en cualquier sitio; oh, oh, oh; digo “La, la, la”. Vale.
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