El Gobierno que ríe y el nacionalismo que empuja

17 de julio 2025 - 03:05

El chiste es viejo y ordinario, aunque también podríamos salvarlo por goliardesco. Tiene sabor ganadero y medievalizante. Tampoco está claro que sea políticamente correcto al poder ofender la sensibilidad de los bóvidos. Después de haber visto a toda una portavoz del PSOE al borde del llanto porque se usa el buen nombre de la fruta en vano uno lo puede esperar todo. En fin, lo juzgan ustedes, ahí va la chanza: “Pregunta: ¿Sabes qué hay detrás de la vaca que ríe? (en referencia a la etiqueta de los famosos quesitos). Respuesta: el toro que empuja”.

La política española en la actualidad tiene algo que ver con La Vache qui rit. La mueca de falsa felicidad del Ejecutivo está intrínsecamente ligada a la capacidad y las ganas del nacionalismo de seguir empujando. Mientras vascos y catalanes presionen para lograr más competencias, más dinero y más gestos que los diferencien del resto de las autonomías, el Gobierno podrá seguir manteniendo esa mueca de vaca loca que no se sabe muy bien qué significa ni a quién se dirige. La becerra gubernamental ríe mientras Europa empieza a cuestionar la autoamnistía redactada por Puigdemont con el elegante Cerdán, o cuando sus apoyos parlamentarios ex terroristas ningunean la memoria de Miguel Ángel Blanco, o cuando, para contentar momentáneamente al PNV más lelo de la historia, empieza a dinamitar la unidad de la Seguridad Social, o cuando está a punto (o al menos esa es su intención) de dar la independencia fiscal a Cataluña, con lo que se aniquilaría el principio de redistribución (social y territorial) que da sentido a la democracia española... Este Gobierno ríe y ríe, mientras el nacionalismo empuja y empuja.

Hace poco recriminé a una compañera del periódico sus intenciones de castrar a su perro. En esos asuntos, creo que la solidaridad de género tiene que superar las barreras entre las especies. Le pregunté que si a ella le gustaría que se lo hiciesen. Y ella, con una excelente estocada argumental, me contestó: “yo no voy por ahí intentando montar a nadie en contra de su voluntad”. Quizás ese es el gran pacto de Estado que PP y PSOE deberían acometer, castrar las aspiraciones del nacionalismo de seguir disolviendo España muy poquito a poco, como los parásitos que mantienen vivas pero débiles a sus víctimas para alargar su expolio biológico. Conseguir que el nacionalismo no vuelva a montar a ningún Gobierno de España nunca más. ¿O es que el sanchismo goza de tan comprometida situación?

stats