La hipoteca de la alcaldesa

02 de mayo 2025 - 03:07

Aunque el título de esta columna pudiera despistarles, desde ya les digo que para nada trata del préstamo que nuestra primera autoridad haya podido utilizar para financiar la compra de una vivienda, ofreciendo la propiedad como garantía. Ni sé si María Francisca tiene una hipoteca, ni me importa, como supongo que a ustedes tampoco.

Utilizo el término ‘hipoteca’ en sentido figurado, para referirme a la clase de obligación que la alcaldesa de Granada haya podido contraer, para tomar decisiones más propias de alguien fuera de sus cabales, que de quien tiene sobre sus hombros la responsabilidad de regir los destinos de una de las ciudad más renombradas, no solo de España, sino de medio mundo.

Me estoy refiriendo al disparate de nombrar como jefe de estudios de la Escuela de la Policía Local de Granada, al subinspector investigado por violencia machista en el Caso Viogen, que investiga el acceso fraudulento de otros agentes a datos disponibles en el sistema sobre violencia de género e información sobre la víctima y que se enfrenta a una petición de cárcel, por parte de la Fiscalía, de más de seis años de prisión.

Uno, que ya lleva sus años en estos menesteres de la información granatensis, está en condiciones de afirmar que no recuerda un disparate parecido al perpetrado por nuestra alcaldesa con este nombramiento y lo que es peor, que no encuentra explicación racional a que se pueda otorgar semejante responsabilidad a alguien, que además de estar investigado por el gravísimo delito anteriormente reseñado, ha sido detenido previamente más de 10 veces por quebrantar la orden de alejamiento de su expareja y ostenta en la actualidad el dudoso honor de tener activo en su cuerpo serrano, una pulsera antimaltrato.

Como no tenemos pruebas de que nuestra alcaldesa haya sufrido un golpe de calor incapacitante a la hora de firmar el nombramiento, ni un empacho de marchas procesionales que le hayan derretido la sesera, solo podemos deducir que la señora Carazo está pagando, con semejante estrambote, una carísima hipoteca, no sabemos a quien, ni cambio de qué.

Decisiones como la que el lunes entra en vigor son las que marcan todo un mandato y las que definen que la defensa de las mujeres agredidas importa menos a nuestra alcaldesa que no se sabe bien que guerra de poder interna en nuestra vilipendiada policía local, porque poner al zorro al cuidado de las gallinas, casi nunca sale bien, por mucho que el Pisuerga (administrativo) pase por Valladolid.

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