Un día en la vida

Manuel Barea

mbarea@diariodesevilla.es

Contra el imperio GAFA

El mundo ha flipado con las ofertas de Google, Apple, Facebook y Amazon. Una nueva drogadicción global

Apesar de que a muchos Trump pueda recordarles un reyezuelo, Estados Unidos no quiere monarcas. Es, por antonomasia, la República. Por eso anda estos días su Congreso escrutando a los emperadores de la economía digital. "No debemos inclinarnos ante ellos, nuestros padres fundadores no se inclinaron ante un rey", ha advertido el demócrata David Cicilline, presidente del subcomité antimonopolio de la Cámara de Representantes. Los emperadores son Sundar Pichai (Google), Tim Cook (Apple), Mark Zuckerberg (Facebook) y Jeff Bezos (Amazon). Su comparecencia virtual -de qué manera si no- ante los legisladores estadounidenses ha constituido todo un hito y en cada audiencia los cuatro se han defendido contra las críticas por su "excesivo poder" esgrimiendo que el nacimiento y desarrollo de sus empresas se ha ajustado al más genuino estilo norteamericano, empezando de la nada, como "emprendedores de garaje", según la acuñación de Bezos.

El imperio fue bautizado con el acrónimo GAFA (Google, Apple, Facebook y Amazon). Sus algoritmos imponen las noticias que hay que leer -mayormente paridas y memeces-, las aplicaciones con las que causar la mayor obsolescencia posible al móvil, los "amigos" a los que hay que invitar y rechazar y los artículos y productos -cuántos de ellos innecesarios- que debemos comprar. Y el mundo ha flipado con su oferta. Es la nueva drogadicción global. En reclutar enganchados no tienen parangón, los poseen a millones y no les preocupa ninguna competencia, aunque ya miran con recelo -y la señalaron con alarde de patriotismo yanqui en el Congreso- al ogro de China. Pichai, Cook, Zuckerberg y Bezos son los reyes de estas nuevas monarquías que han monopolizado el consumo del ocio en el planeta. Están al frente de un imperio que no ha hecho sino aprovechar algo que todos llevamos dentro. Es muy sencillo. Se llama dopamina. Es un neurotransmisor. Cuanto más alto es su nivel más adictivas son las conductas. Lo único que hay que hacer es multiplicar sus efectos estimulándola. Y las innumerables aplicaciones se han erigido como eficacísimos dealers. GAFA tiene cogidos por... el móvil a los más compulsivos y los explota ofreciéndoles "recompensas": likes, notificaciones, retuits, mensajes, lectores, seguidores, pinchazos... Y cuando consigue que no puedan vivir sin eso, sí, suena como a droga.

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