Bloguero de arrabal

Pablo
Alcázar

Jóvenes miran con buenos ojos a Franco

24 de noviembre 2025 - 03:07

Hace 89 años, en una Salamanca en manos nacionales, Miguel de Unamuno, que se había pasado al bando golpista, desilusionado con la República, en el paraninfo de la Universidad salmantina, de la que era rector, pronunció estas palabras: “Venceréis, pero no convenceréis, venceréis porque tenéis sobrada fuerza bruta, pero no convenceréis, porque convencer significa persuadir. Y para persuadir necesitáis algo que os falta: razón y derecho en la lucha. Me parece inútil pediros que penséis en España”. El eterno inconformista que fue don Miguel terminó molestando a tirios y a troyanos. Tuvo que salir del paraninfo, según cuentan, del brazo la mujer de Franco porque los falangistas del público –muy acostumbrados a aplastar en el acto, violentamente, cualquier discrepancia–, pedían a gritos su cabeza. El filósofo murió en su cama, un mes después de contestar, con las palabras entrecomilladas, a la boutade “Viva la muerte, muera la inteligencia”, vociferada por el fundador de la Legión, el general Millán-Astray, presente en al acto. Después vinieron la represión, los ‘paseos’, las fosas comunes, los fusilamientos, tras juicios sumarísimos (lawfare), y la dictadura. Según una encuesta del CIS, el 20% de los jóvenes españoles de entre 18 y 24 años están o han sido convencidos de que el régimen de Franco fue bueno o muy bueno. Algo debemos de haber hecho mal los políticos, los padres, los profesores, la Escuela, la sociedad entera para que este ponzoñoso ‘relato’ se haya instalado en las mentes de muchos jóvenes. Una exalumna del Instituto Alfonso XI de Alcalá la Real me informa de que no siempre fue así: “Buenos días –escribe–, algunos profesores lo hicieron muy bien, aún recuerdo, el 24 de febrero de 1981, teníamos examen de lengua, Primero de BUP. No hicimos el examen, pero sí tuvimos una clase sobre las consecuencias que podía tener un golpe de estado y lo que era una dictadura. Pienso, que para los que veníamos de familias donde no había conversaciones políticas, ese día fuimos conscientes de muchas cosas. La educación siempre ha sido el principal ascensor social, y ciertos profesores, para muchas de nosotras, que fuimos la primera generación universitaria de nuestras familias, fueron fundamentales para enseñarnos a pensar. Profe, un abrazo y buen domingo”. ¡Pedagogía democrática! ¿Cuándo dejamos de practicarla?

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