Todo comenzó con un "Tú y yo a tres metros sobre el cielo". Federico Moccia no solamente marcó tendencia en lo que a literatura neoromántica para adolescentes se refiere, aquella pintada en un puente que lanzaba amor hormonal efervescente comenzó a extenderse por ciudades de todo el mundo. Máxima expresión de amor millenial: detalle en cadena que si es reconocible por toda la sociedad y no tanto por el amante en cuestión, mucho mejor. Shakespeare no caló tan hondo. Romanticismo urbano o vandalismo, en cualquier caso Granada regala de vez en cuando dosis de amor profundo. A este al menos, se le agradece la ausencia de faltas de ortografías aunque no la de originalidad o métrica.
Comentar
0 Comentarios
Más comentarios