Universitarios del postfranquismo

30 de noviembre 2025 - 03:10

Hace unos días cuando el boletín oficial impreso del Gobierno se empeñaba en decir que se cumplían cincuenta años de democracia, lo que era falso, pero a fuerza de repetirlo ya nos dijo Goebbels que una mentira termina mutándose en verdad en la mente del pueblo, la susodicha prensa publicaba que aún quedaban decretos del anterior régimen, o sea de la dictadura franquista. Que de eso si se cumplía medio siglo, de la muerte en la cama del dictador.

Entre las normas vigentes que se comentaban no encontré ninguna de educación, lo cual no es raro dada la sucesión de leyes de educación que hemos tenido en democracia, ninguna superó los 20 años de la ley franquista de la EGB. La denostada ley que la sucedió se mantuvo solo 16 años y luego fueron apareciendo otras según el color de los gobiernos, algunas incluso ni entraron en vigor o fueron derogadas en parte.

Este descontrol de leyes de educación puede que expliquen eso que ahora todos los sesudos pensadores sociales, tertulianos conocedores de todo y demás tribus profesionales no se explican, o tratan de comentar con variopinto acierto, ¿cómo es que los jóvenes se están volviendo de extrema derecha o añoran a Franco?

Yo tengo mi hipótesis: no saben historia o más bien no se la han explicado. Caray, si en la prueba de selectividad se han tirado años preguntando solo por Primo de Rivera o por los fueros de cada comunidad autónoma. Y no solo no saben historia, vayamos a las matemáticas. Hace poco un estudiante de magisterio estaba convencida que 20 céntimos era lo que tenía que recibir si quería cambiarlo por 2 euros. Dirán ustedes que un lapsus lo tiene cualquiera, seguramente.

Yo soy pesimista, cosas de la edad. Les transcribo las palabras de otros estudiantes que subían en un 8 al Campus Universitario de Cartuja: “Tía (eran dos chicas) yo no puedo tomar apuntes más de 20 minutos, es un rollo… me pongo el iPad y me meto en Zara a ver ropa…” “Es verdad (contesta la otra) un rollo, yo le pido los apuntes a un colega, es que yo no sé resumir, si es que tendrán que dejarnos todo por escrito…”. “Y tu otra compañera, ¿no viene a clase?...”. No, solo va los martes y miércoles (era jueves)…”. “¿Y eso?...”. “Es que hace fines de semana largos…”. Risas. Tengo que calcular con qué ley educativa estudiaron esas universitarias, la franquista seguro que no. Vale.

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