Realizar adaptaciones, versiones, transcripciones, obras inspiradas en otras o recreaciones, han sido frecuentes en la historia de la música. Los polifonistas utilizaban el canto gregoriano para realizar sus contrapuntos, recordemos los ejemplos de Bach-Vivaldi, Brahms-Bach, Schoenberg-Mahler, Francisco Guerrero Marín-Albéniz, etc.

Pero coger una obra genial y si no mejorarla sí tratar de dar una visión diferente pero a su altura es tarea muy difícil y complicada. Hay algunos ejemplos acertados pero también hay una turba de casos desafortunados en el monte del olvido.

En la poética, acertada y contemporánea intervención del Ballet del Teatro Mariinsky de San Petersburgo, en su primera actuación Las cuatro estaciones, la música es de Max Richter (Hamelín, Alemania, 1966). Productor, pianista y compositor post-minimalista y conocedor de la música electroacústica. Creador muy mediático y famoso ha realizado bandas para el cine y la televisión, así como para el teatro y el ballet.

En 2012 realizó: Vivaldi: The Four Seasons Recomposed by Max Richter (Deutsche Grammophon). Según él había descartado el 75% del material original de Vivaldi y las partes utilizadas están en fase de bucle. Escuchando la obra queda claro que mayoritariamente el contenido, la sustancia es de Vivaldi, al que se le añaden procedimientos minimalistas "en bucle" y de la música electroacústica.

Nada, en mi opinión, que aporte a la obra, como tampoco la ralentización de algunos tiempos para acentuar el lirismo, cuando es mucho más bello el lirismo natural de Vivaldi a su tempo. Se trata de añadir post-modernidad superficial a una obra maestra.

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