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El árbol genealógico de El Padul

  • El historiador Carmelo García Campoy publica un libro sobre el origen de los apellidos de los vecinos de la villa paduleña

El árbol genealógico de El Padul

El árbol genealógico de El Padul

Carmelo A. García Campoy quiso elaborar su árbol genealógico y acabó haciendo el del todo el pueblo. Este historiador local ha pasado muchas horas de su vida intentando descubrir el origen de los apellidos de El Padul. El resultado ha sido un expenso trabajo de más de 300 páginas y de 400 fotografías que lleva precisamente ese título: “El origen de los apellidos en la Villa de El Padul”. Él es de los que cree que a su pueblo no se le debe quitar el artículo y dejarlo simplemente en Padul.

Carmelo ha pasado en estos últimos diez o doce años más tiempo en los archivos que en su casa. Convirtió su investigación en casi una obsesión, en un reto. Y ahora se siente satisfecho porque su trabajo ha sido recompensado con el premio del reconocimiento. “El libro ha tenido una buena acogida. Casi todos los paduleños están encantados por saber de dónde procede su apellido y quienes fueron sus antepasados”, dice García Campoy.

El historiador está preparando su tesis doctoral sobre la población del Valle de Lecrín en la Edad Moderna. Ahora trabaja como profesor, pero no quiere dejar atrás su labor de investigador. Para escribir el libro ha realizado un estudio sobre el origen de los apellidos de sus vecinos desde que se conservan los documentos más antiguos. Dicho estudio, según se dice en la introducción del libro, está basado en varias fuentes documentales, siendo la más antigua la relación de vecinos de 1562, que se refiere a los bastimentos que fueron dados por los vecinos de El Padul a los soldados que sobrevivieron en el naufragio de La Herradura.

El Padul fue también uno de los focos principales de asentamiento de los moriscos. Tras la expulsión de los mismos, aparecen en el libro de Apeo y

Repartimiento familias con el apellido Berdugo o Cordovilla que ya informan que dichos apellidos llevan una larga trayectoria en el pueblo.

FOTOGRAFÍAS

Otro yacimiento en el que ha escarbado el autor ha sido el archivo parroquial de El Padul, que comienza en 1.593. “Los libros parroquiales, a pesar de tener lagunas en la documentación, son la referencia principal para conocer la historia y la genealogía de las personas que habitaron el pueblo”, dice García Campoy.

Otra de las fuentes utilizadas ha sido el catastro del marqués de la Ensenado del año 1752, donde el autor ha encontrado que muchas de aquellas familias están emparentadas con familias en la actualidad.

Los libros de las cofradías y el libro del Amarillamiento de 1879 también le han servido a García Campoy para relacionar y encontrar apellidos. Por último, en cuanto documentación, el autor ha buscado la frecuencia del apellido en la página web del Instituto Nacional de Estadística de España.

“Aún así no he podido meter todos los apellidos. Me he limitado a los que tienen un recorrido histórico y a los más corrientes”, afirma el autor, que también comenta que a algunos de los vecinos su libro los ha sacado de algún error.

En el libro hay más de cuatrocientas fotografías que el autor ha ido recopilando durante años, lo que hace que el trabajo sea más demandado por los vecinos que pueden ver a sus fotografiados a sus abuelos, bisabuelos e incluso a sus tatarabuelos.

García Campoy está convencido de que la historia local debe ser más valorada porque, de alguna forma, es la “mejor fábrica del pasado”, según dice Francisco Sánchez-Montes, que es el prologuista del libro. “No cabe duda de que investigar, trabajar, ahondar y profundizar en el origen de un pueblo y su gente conduce a comprenderlo, respetarlos y de algún modo amarlo”, escribe Sánchez-Montes sobre este trabajo.

Carmelo García Campoy dice que ha pensado en hacer ahora un libro con el origen de los apodos del pueblo, pero no sabe cómo les puede sentar a algunos vecinos. “Voy a pensarlo”, dice.

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