Provincia

Más de 12.000 bastetanos impiden al Cascamorras llevarse a la Patrona

  • Se usaron 3.200 litros de pintura para bañar la carrera más numerosa de los últimos años

Este año el Cascamorras tampoco cumplió la misión que le había encomendado la ciudad de Guadix, la de llevarse la Virgen de la Piedad (patrona de Baza) a la ciudad vecina. Unos 12.000 bastetanos lo pintaron de negro impidiendo que llegase inmaculado al templo de la Merced y por tanto tomar la imagen.

La carrera de este año fue algo más lenta debido a la gran cantidad de corredores que retrasaron el paso del Cascamorras. Duró unas dos horas y media y transcurrió sin incidentes de relevancia, y eso a pesar de que fue una de las más multitudinarias de los últimos años. La mayor afluencia de participantes y público, entorno a las 20.000 personas lo contemplaron como público y otras 12.000 participando activamente pintándolo, se debió principalmente a que se trata de la segunda edición tras su declaración como Fiesta de Interés Turístico Internacional y a la coincidencia de la celebración con el fin de semana, algo que según el alcalde de Baza, Pedro Fernández Peñalver, "seguro que ha animado a muchas personas de la provincias cercanas a conocer la fiesta". "Este año los hoteles y alojamientos turísticos de Baza han registrado el lleno, un efecto que se ha notado también en los establecimientos de la comarca, en donde se han alojado muchos visitantes", dijo.

El accitano Antonio Vera, que encarnó a la figura del Cascamorras por quinto año, protagonizó una carrera de algo más de 3 kilómetros marcada por las continuas peticiones de jura de bandera de los corredores, entre vivas a la Virgen de la Piedad, a Baza y al Cascamorras. El Cascamorras se ganó el favor de los corredores en cada jura de bandera y, sobre todo, cuando en los Caños Dorados se pusieron una camiseta con el escudo de la ciudad.

Este año, la delegada del Gobierno de Andalucía en Granada, Sandra García apoyó con su presencia la que es la única Fiesta de Interés Turístico Internacional de toda la provincia compartida por dos ciudades.

García, que no es la primera vez que asiste al Cascamorras, destacó "el valor cultural de esta celebración, que es un ejemplo de la hermandad entre dos ciudades vecinas que la han sabido preservar y conservar sus connotaciones históricas, haciéndolas compaginar con el atractivo turístico que posee".

A penas estalló el cohete que marca el inicio de la fiesta, los primeros bastetanos ya le dejaron las huellas negras de sus manos en su vestimenta blanca al Cascamorras. Nada se pudo hacer por evitar que la plaza de la Merced se llenara de una marea de cuerpos negros, untados, en parte, por los 3.200 litros de pintura ecológica.

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