Sucesos

La concejal de Maracena escapó del maletero con una fuerte patada: "Mi padre la encontró en la calle y le cortó las bridas"

Un cámara graba la puerta del local del que se liberó la concejal de Maracena, en Armilla

Un cámara graba la puerta del local del que se liberó la concejal de Maracena, en Armilla / JESÚS JIMÉNEZ / PHOTOGRAPHERSSPORTS

"Mi padre hizo lo que cualquier persona habría hecho, ayudar a una persona que estaba en apuros", ha comentado Natalia, la hija del hombre que este martes, sobre el mediodía, ayudaba a la concejal de Maracena, Vanessa Romero, a liberarse de las bridas que la ataban de los pies, después de salir del bajo de un edificio de la calle Descubrimiento, en Armilla.

Según ha relatado a los medios de comunicación, su padre, Jesús, caminaba por el lugar, a pocos metros de su casa, cuando vio a una mujer en la calle, con unas bridas en los pies y que parecía necesitar ayuda.

"Él siempre va andando por el pueblo porque conoce a mucha gente y, de repente, vio a una mujer atada con bridas. Vino a casa, cogió unas tijeras y la ayudó a soltarse. La mujer ya estaba fuera del local, él no la ayudó a escapar", ha relatado. Poco después, la Policía Local de Armilla y la Guardia Civil se personaron en la zona, tras las llamadas tanto del hombre que encontró a Romero como de vecinas de la zona.

Según el relato de la hija de este vecino de Armilla, la propia concejal le contó que había sido secuestrada. Que un conocido le había pedido llevarlo en su coche hasta un lugar y a medio camino le sacó una pistola y la secuestró. "Le dijo que llevaba secuestrada poco tiempo, que estaba encerrada en el maletero de su propio coche y que había salido dándole una patada fuerte a los asientos desde el maletero. Ya no sé cómo pudo salir del local", ha comentado.

"Mi padre estuvo con ella hasta que llegó la Policía, contó lo que pasó a los agentes y ya se marchó a casa. Estuvieron esperando en la calle a que llegara la Policía. Según esta mujer, todo sucedió a las 12:30, pero uno de los vecinos de la zona que vive pared con pared junto al local comenta que escuchó un fuerte golpe a las 12:10 más o menos", ha relatado Natalia.

Los vecinos de la zona de la calle Descubrimiento de Armilla no se explican lo ocurrido. Quienes pasaban por la zona este miércoles se mostraban extrañados ante el suceso, no dando crédito a lo que había ocurrido 24 horas antes allí. La mayoría de los vecinos explican que no vieron nada, salvó la afluencia de agentes que acudieron a la zona.

El sospechoso reformaba el local

"Ella salió por sí sola y las vecinas la ayudaron y la llevaron al centro de salud, eso me han dicho", decía una mujer acompañada por su pareja y que empujaba un carrito de bebé que paseaba por la vía. "Es increíble, ¿cómo ha podido pasar esto?", se preguntaba otra transeúnte que caminaba con una bolsa por la zona. "Yo vi coches de la Guardia Civil, pero no sabía qué había pasado. Lo vi luego en las noticias", comenta otro vecino a preguntas de este periódico. 

Junto al local, de puerta marrón y que estaba precintado por una banda de la Guardia Civil, hay un taller de motos cerrado y con un cartel que informa de su traspaso. Al otro lado, unos obreros preparan un local de trasteros desde hace algunas semanas, pero no estaban cuando ocurrió el hecho. "Nosotros ayer teníamos descanso, así que no vimos nada", comentan los trabajadores.

Uno de estos empleados, que no ha querido dar su nombre, comenta a Granada Hoy que se había cruzado con el sospechoso alguna vez, que aparecía de vez en cuando por la zona, y que éste le había propuesto trabajar para él, para construir una oficina en el interior del local del que se liberó la concejal, sin concretar más.

"Decía que quería poner una tienda de decoraciones y globos, o algo así, y que necesitaba una oficina. Pero no me dijo mucho más y no llegamos a concretar nada", ha asegurado. Esta versión es similar a la ofrecida a este periódico por un empresario de reformas que es dueño de un local justo enfrente. "Hace poco puso un contenedor frente a la puerta del local y lo llenó de cosas que iba sacando de dentro, hierros y materiales. Iba con una furgoneta, y a veces le tenía que pedir que la moviera. Siempre se mostró amable. Antes, el local lo tenían unos chicos que arreglaban coches dentro, pero no sé si se lo compró a ellos o lo alquiló. Parecía como si estuviera reformándolo".

Una de las vecinas, que se asomaba desde una ventana ante la presencia de los medios de comunicación y que aseguraba no haber visto ni oído nada ayer, recordaba que en la calle paralela, a apenas unos metros, una vecina recibió un disparo en Nochebuena. Un hecho por el que se detuvo a la pareja de esta el pasado cinco de enero y del que la mujer se recupera.

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