De la rencilla a la tragedia: los vecinos de Prado Negro descubren que convivían con un asesino

Los pocos residentes del anejo en plena Sierra de Huétor no se explican aún por qué Pedro mató a su vecino Juan y retuvo a su mujer 12 horas a punta de pistola

Crimen de Prado Negro: 250 guardias civiles, 12 horas de negociación y un final agridulce

Cordón policial en la calle más alta de Prado Negro, a pocos metros de donde ocurrieron los hechos
Cordón policial en la calle más alta de Prado Negro, a pocos metros de donde ocurrieron los hechos / ANTONIO L. JUÁREZ / PICWILD

En la pequeña pedanía de Prado Negro todavía no se ha asimilado lo ocurrido entre la tarde de este miércoles y la madrugada de este jueves. La tranquilidad de este lugar de casas residenciales, chalets y alguna que otra vivienda turística en el corazón del Parque Natural de la Sierra de Huétor de Granada se ha visto rota por un suceso casi más digno de un thriller de película que de la realidad habitual que vive este anejo de Huétor Santillán con apenas una veintena de vecinos. Unas personas que aún no se creen lo ocurrido y que lloran el fallecimiento de Juan, El de los toldos, a la vez que celebran la detención de Pedro y que no le pasara nada a su vecina Lourdes, con una mezcla de sentimientos encontrados difícil de gestionar. Lo peor ha sido descubrir que vivían junto a una persona capaz de matar.

Empadronados en esta zona hay apenas 50 vecinos, pero que residan habitualmente sólo 20, por lo que todos se conocen. La población siempre se multiplica en verano, porque acuden a segundas residencias quienes buscan escapar del calor estival. Dos bares y un caño de agua en el centro de la pequeña pedanía, con apenas cuatro calles, redondean la estampa del lugar en el que ocurrieron los hechos. Por esta zona, a la que se accede por carreteras estrechas y en mal estado, habitualmente pasean senderistas y campistas. Muy cerca se encuentra el área recreativa de Las Mimbres, y son muchos quienes van a pie o en bici a hacer rutas por el lugar y paran a comer en los dos restaurantes.

La habitual tranquilidad se rompió abruptamente a las sobre las 15:00 horas de este miércoles en la calle más alta de Prado Negro, a la que hay que subir por una empinada cuesta. Según el relato de la Guardia Civil, Pedro embistió su vehículo contra el de Juan y Lourdes cuando ambos regresaban a la pedanía después de pasar la mañana en Granada y se disponían a entrar a su finca. Ocasionó el golpe supuestamente para crear confusión y tras ello se acercó y disparó con una pistola corta contra Juan, su vecino ya jubilado, ocasionándole la muerte. Después, bajó del coche a Lourdes y la llevó consigo por la fuerza hacia su casa, a pocos metros. Según la Guardia Civil, el agresor tenía licencia de armas y los vecinos sostienen que disponía de varias de ellas, tanto escopeta como pistola.

Según el testimonio de los vecinos a este periódico, ninguno de los apenas 20 residentes habituales en el lugar vio nada, pero una vecina cercana "escucho follón" y llamó a uno de los hijos del matrimonio para avisarle de que algo estaba ocurriendo. "Este hijo llamó al dueño del Bar Jabalí, con quien tiene buena amistad y le pidió que subiera a ver qué estaba pasando. Fue él quien dio la alarma al ver a Juan en el coche" después del disparo, han relatado a Granada Hoy algunos de los vecinos. Los efectivos sanitarios, que llegaron en un helicóptero medicalizado, no pudieron hacer nada por salvarle la vida a la víctima.

El despliege de la Guardia Civil llegó a ser de 250 agentes, multiplicando por 12 las personas residentes en el anejo
El despliege de la Guardia Civil llegó a ser de 250 agentes, multiplicando por 12 las personas residentes en el anejo / Efe

El alcalde, José Carlos Ortega, destacaba que Juan "era una bellísima persona, un vecino del pueblo ejemplar, de lo mejor que tenemos. Acompañaba, ayudaba, siempre estaba pendiente de los temas municipales, siempre aportaba... También Lourdes y los hijos, una familia ejemplar en Prado Negro". Una opinión compartida también por todos los vecinos, quienes lo conocían como El de los toldos, ya que fue dueño de una empresa de instalación de cubiertas en Granada que, después de su jubilación, gestionaban sus hijos y sus yernos.

"Hace unos días estuvimos mi mujer y yo tomando café en mi casa con ellos, con Lourdes y Juan. Charlando tranquilamente. Y ahora es una cosa increíble esto que ha pasado. No nos lo explicamos", decía un vecino mientras revisaba su pequeño huerto. "Era un hombre buena gente, apañado, que no se llevaba mal con nadie. Pero se ve que sí que tenían problemas con este hombre, que no queremos ni nombrarlo, que tenía la casas al lado de la suya", relataba en referencia al autor de los disparos.

Rencillas personales entre ambos

Sobre Pedro, los vecinos aseguran que era solitario, que no se relacionaba mucho y no se explican como tenía licencia de armas. "De este individuo, no sabemos nada. Dicen que se le conocía como El Loco y desde luego después de lo ocurrido ahora se le puede llamar así", aseguraba el alcalde. Algunos vecinos han relatado que tenía su casa llena de cámaras de vigilancia.

La clave ahora se centra en averiguar qué fue lo que provocó el suceso. La Guardia Civil trabaja la hipótesis de desavenencias vecinales, algo confirmado por los vecinos. Como Juan vivía por encima de Pedro, se hablaba de que el segundo le recriminaba al primero que le caían aguas procedentes de su jardín y su huerto. "No se pueden arreglar las cosas a tiros. Hay que hablar, y entenderse. Y no nos explicamos que siendo Juan como era no se entendieran entre ellos. Desde luego ahora hay que agradecer que este hombre ya no esté aquí y que no le pasara nada a Lourdes", decía otro de los residentes del lugar a este periódico.

En el lugar permanecían este miércoles investigadores tratando de averiguar las causas del suceso
En el lugar permanecían este miércoles investigadores tratando de averiguar las causas del suceso / Efe

Lourdes estuvo retenida durante 12 horas en la casa de Pedro. El autor de los hechos se encerró con ella y amenazó con dispararle a ella y a sí mismo, por lo que la Guardia Civil tuvo que montar un operativo para asegurar la zona, liberar a la mujer y detener al autor de los hechos. Hasta la Sierra se desplazó una unidad especializada en la resolución de este tipo de incidentes y tras la negociación, a las 03:45 horas, lograron que dejara salir a la mujer, quien fue trasladada a un centro hospitalario de la capital muy alterada pero en buen estado de salud.

"Somos un pueblo tranquilo, Huétor Santillán tiene 2.200 habitantes y su pedanía, Prado Negro, cuenta con 50, por lo que es aún más tranquilo. En ese momento desde la Alcaldía les pedimos que estuvieran tranquilos, que no salieran de sus casas, ya que todos se conocen entre ellos, comparten mucho tiempo de charla y en los restaurantes. El rescate de Lourdes fue una buena noticia, dentro de lo malo. Las familias están destrozadas, y los vecinos también", relató el alcalde.

Durante la mañana posterior a la trágica tarde-noche los pocos residentes de la zona eran reticentes a hablar del tema. Se asomaban a los patios, estaban en sus quehaceres habituales, pero mostraban rechazo a la expectación que se estaba viviendo. El despliegue de fuerzas de seguridad fue muy grande durante la madrugada, 250 agentes, casi 12 veces más de las personas que viven en el anejo. También ha sido importante la presencia continua de medios de comunicación en las últimas horas. Tras la detención, la Guardia Civil se ha mantenido con un cordón policial amplio para que la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Comandancia investigue el porqué ha pasado todo esto. Un suceso que ha roto una normalidad que será difícil volver a recuperar en Prado Negro.

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