Semana Santa

Cinco 'cuentas' de perfección

  • El Miércoles Santo volvió a ser una jornada completa con la salida de todas las cofradías: Gitanos, Estudiantes, Paciencia, Rosario y Nazareno La ciudad estaba llena de granadinos y turistas en el primero de los días grandes

CUARTA jornada y de nuevo un éxito. Granada disfrutó ayer de un Miércoles Santo de libro, de los que quedan para el recuerdo por el buen tiempo, por la presencia de las cinco cofradías del día en las calles, por el lleno durante todo el recorrido de las hermandades por la ciudad y por los cortejos que sacaron las corporaciones. Por todo, la jornada de ayer fue de matrícula de honor. No podía ser de otra forma.

La jornada comenzó un poco más tarde que los días previos y la cita era en plena Gran Vía, en la iglesia del Corazón de Jesús. Allí la cita era obligada y respondieron los cofrades, los granadinos pero sobre todo los visitantes y turistas, atraídos por el nombre de la hermandad de los Gitanos, la cofradía del Sacromonte que año tras año recibe el interés y atención de las miles de personas que visitan la ciudad en Semana Santa ya que la hermandad aparece en guías, prensa y programas de televisión internacionales.

Y la espera tuvo su recompensa ya que la difícil salida de la corporación fue recompensada con los aplausos y los vítores de la abarrotada Gran Vía, que recibió al cortejo colorista y a los pasos del Cristo del Consuelo y la Virgen del Sacromonte, en su particular palio de orfebrería en color cobre.

Con buen andar recorrió las calles del centro hasta que llegaron de nuevo a Plaza Nueva, donde la hermandad ya sí tomó su carácter y el cortejo comenzó su segunda parte, la de la subida al Sacromonte entre cantos, zambras y hogueras, que terminaron ya de madrugada.

Pero el día tuvo más matices. Desde la Plaza de Derecho, desde la iglesia de los Santos Justo y Pastor, hizo su salida la cofradía de los Estudiantes, que ya tiene acostumbrada a la ciudad a una salida perfecta con uno de los cortejos más atractivos y personales de la Semana Santa granadina. Numeroso cortejo que como la mayoría de las hermandades este año ha notado un incremento significativo en el número de hermanos en la calle.

A su salida, la vinculación con la Universidad se volvió a plasmar con el canto de un tuna, momento que se repitió tanto a la salida como en el regreso del misterio de la cofradía, el del Cristo de la Meditación, que ya no se imagina sin las figuras que se estrenaron el año pasado obra de Israel Cornejo, un cambio que ha sido recogido este año en el cartel oficial de la Semana Santa de Granada.

Las costaleras volvieron a llevar con mimo y cariño a su Cristo en una hermandad que en su nueva era ya ha alcanzado la madurez deseada y que está ya preparada para nuevos cambios como la futura incorporación del palio de la Virgen de los Remdios, proyecto en el que trabaja la corporación.

El barrio del Realejo, en su definición más extensa, fue otro día más protagonista de la jornada. Desde Santo Domingo salió la cofradía del Rosario y Jesús de las Tres Caídas, que volvió a demostrar que es una de las hermandades con más fuerza de la Semana Santa granadina y lo hizo con el cortejo más amplio de los vistos hasta este día en la ciudad, con una impecable puesta en escena, con un trabajo costalero de manual, con una banda de cornetas referente y con unos pasos que por detalles, terminación y calidad son exponente de lujo de nuestra Semana Santa.

Y la gente lo sabe, por lo que tanto la salida como sobre todo el regreso fueron multitudinarios. De hecho, la llegada congregó a miles de personas desde su entrada en el Realejo hasta la llegada a la Plaza de Santo Domingo, que se volvió a quedar pequeña para ver el espectáculo costalero y cofrade al que tiene acostumbrada esta hermandad.

La calle San Matías tuvo ayer una cita doble con la salida de sus dos cofradías, la de Paciencia y Penas y la del Nazareno.

Desde la Imperial de San Matías salió la cofradía de Jesús de la Paciencia y la Virgen de las Penas, que este año estaba de estreno ya que está viviendo una renovación interna tras las elecciones de este año que se notó en la calle. Lo más visible fueron las nuevas túnicas nazarenas que estrenaba la corporación, con capa, que dieron una impronta diferente y muy necesaria al cortejo, que abandonó el antiguo raso que deslucía su presencia en las calles. Pero también se notó el orden de las insignias y la colocación de los ciriales, que por fin se adaptaron a los cánones de la Semana Santa andaluza.

Lo que no cambió fue la calidad de sus pasos, la belleza de la imagen de Jesús de la Paciencia y el coqueto paso de palio de la Virgen de las Penas, que encandiló en su paso por Pasiegas con la marcha Mi Amargura, de Víctor Ferrer.

La quinta hermandad del día fue la del Nazareno, que desde el monasterio de las Carmelitas llevó el silencio y el recogimiento a la jornada de bullas del Miércoles Santo. La cofradía presentó una impronta nueva para Jesús Nazareno, con túnica lisa sobre peana de roca. La zancada del Cristo se ve potenciada por el andar milimétrico de sus costaleros. Detrás, la clásica imagen de la Virgen de la Merced, que ya espera su nuevo palio, acompasada por lo sones perfectos que aporta la Banda Municipal de Ogíjares, el acompañamiento perfecto para esta hermandad.

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