Resultó ser casi un destello, rápido, fugaz. Pero la música consiguió llevar al público al enmarque de una Semana Santa al uso. Así resultó ser el recital ofrecido por las bandas de San Isidro de Armilla y de San Sebastián de Padul en el Palacio de los Córdova, a los pies del Albaicín y con la Alhambra y el Generalife como telón de fondo. Un concierto que vino a homenajear a las cofradías de Granada después de su segundo año consecutivo sin poder realizar sus estaciones de penitencia en las calles de la ciudad; un tributo a la música cofrade, que aun siendo considerada por muchos como un género menor sigue escribiendo partituras con pentagramas de oro. 

Vino la tarde marcada por las emociones, la nostalgia y la añoranza. Así se comprobó por medio de las cerradas ovaciones que el respetable regaló a las bandas participantes en este concierto donde quedó de manifiesto la necesidad social que existe de reencontrarse con la cultura y con la música. Diez marchas bastaron para configurar el repertorio soñado para una Semana Santa atípica y distinta, de aceras pobladas pero sin pasos en la calle; y donde, una vez más, se puso en valor el extraordinario patrimonio musical del que disponen las cofradías de la ciudad.

La Banda de San Sebastián de Padul tras su actuación

El inédito concierto, organizado al alimón por las bandas de San Isidro de Armilla y de San Sebastián del Padul, cobró dimensión histórica al escuchar el testimonio de algunos de los participantes, quienes contaron algunas de las experiencias personales y cofrades vividas desde el inicio de la pandemia. Emotivas fueron, igualmente, las palabras de los directores de sendas formaciones, Melchor Perelló y Víctor Ferrer, quienes desvelaron el por qué de esta convocatoria: "en este concierto conjunto, no sólo está el cariño y el respeto mutuo de las dos bandas, está también el deseo de las dos de devolverle a Granada todo lo que ha hecho por nuestras formaciones y todo lo que nos ha dado como músicos".

Tras la grabación de sus primeros discos - Lágrimas y Alpa & Omega - las dos bandas volvieron a dar dimensión de su nivel musical, mostrando la mejor sonrisa después de dos años in albis: "Hemos pasado de todo a nada, un varapalo. Pero aquí estamos, después de todo, para apostar por la cultura musical en Granada", confesaba Perelló. Por su parte, Víctor Ferrer señalaba que "por atípico que sea, está el ambiente, están las imágenes y por supuesto tenía que estar la música. Qué mejor que hacerlo con amigos".