Sociedad

"Ironías del destino, podemos decir que somos afortunados"

  • Las supervivientes estuvieron atendidos por 22 profesionales de la Cruz Roja para superar el trauma y el "susto" sufrido por el accidente.

Silencio, como si el tiempo hubiera quedado parado. Era el ambiente que se respiraba a primera hora de la mañana en el punto kilométrico 333 de la AP-7 a la altura de Freginals (Tarragona), donde el accidente de un autobús arrebató la vida a trece universitarias extranjeras. Por caminos paralelos a la vía se habían aproximado algunos vecinos de este pequeño pueblo de 400 habitantes, que observaban consternados cómo se recuperaban los cuerpos de las primeras víctimas. "Es un espectáculo completamente escalofriante ver lo que ha pasado aquí", comentó el alcalde del pueblo, José Roncero.

El último autocar de una expedición de cinco, que transportaba a estudiantes de Erasmus que volvían a Barcelona de las Fallas de Valencia, volcaba antes de las seis de la mañana tras un "volantazo" del conductor, lo que ha llevado a las autoridades a apuntar inicialmente al "factor humano" en el origen del siniestro. "Ironías del destino, debemos decir que somos afortunados", dijo ya en Tortosa (Tarragona) una de las estudiantes supervivientes cuando Dídac Ramírez, el rector de la Universidad de Barcelona -donde estudiaban la mayoría de los Erasmus accidentados-, se acercó para consolarla.

"Todos ellos están en la contradicción interna por el hecho de saber que quizá los que viajaban junto a ellos murieron y tú te has salvado", señaló el rector. En el Hotel Corona de Tortosa se ha instalado el centro de coordinación y de atención a las víctimas. Allí acudieron las máximas autoridades, entre ellas el presidente catalán, Carles Puigdemont; el ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz; la delegada del Gobierno en Cataluña, Llanos de Luna, y el conseller de Interior, Jordi Jané. Pero también muchos alcaldes y representantes institucionales de toda las Tierras del Ebro que quisieron mostrar su apoyo a los mandos que se encargan del dispositivo.

Mientras algunos políticos tomaban café en el bar del centro en una pausa de respiro, muchos de los periodistas de decenas de medios que han llegado a Tortosa pasaban las crónicas. Ajenos a este ajetreo, las víctimas que resultaron ilesas y algunas que fueron dadas de alta durante la mañana en los hospitales de la zona fueron atendidas en una sala del mismo hotel.

Cruz Roja ha desplazado hasta 22 profesionales para atender a los jóvenes. "La mayoría de chicos son extranjeros. Nos comunicamos en francés, inglés, italiano o alemán, pero también hay algunos catalanes", explicó la psicóloga de la Cruz Roja Lourdes Carrascón. "Intentamos que puedan manifestar el susto que han sufrido, que pregunten todo lo que haga falta y que nos cuenten lo que han vivido. Ellos mismos marcan los tiempos. Están muy afectados, como es lógico, pero intentamos que tengan respuestas en todo momento y que no se queden parados", relató Carrascón. Todos los estudiantes que se encuentran en el Hotel Corona pudieron contactar con sus familias. Desde la Cruz Roja les han facilitado cargadores de móvil para que mantengan un contacto constante con su entorno.

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