Sociedad

Japón ordena paralizar una planta nuclear cercana a Tokio

  • El Gobierno pide el cierre de la central porque está al borde del mar, en la confluencia de tres placas tectónicas y tiene un 87% de posibilidades de sufrir un terremoto de grado 8

El Gobierno de Japón reclamó ayer la paralización de la planta nuclear de Hamaoka, considerada una de las más peligrosas del país, ante la necesidad de extremar la seguridad en un país que sigue inmerso en una grave crisis nuclear. La decisión se tomó ante el elevado riesgo sísmico en la zona donde está ubicada esa planta, al borde del mar y a unos 190 kilómetros al suroeste de Tokio, donde se teme que pueda producirse un gran terremoto por la confluencia de tres placas tectónicas.

El Ministerio japonés de Ciencia estima que hay un 87% de posibilidades de que en ese área suceda en los próximos 30 años un seísmo de 8 grados de magnitud en la escala abierta de Richter.

El primer ministro japonés, Naoto Kan, fue quien pidió formalmente la paralización de Hamaoka, donde sólo estaban operativos dos de sus cinco reactores pues otras dos unidades están en vías de ser desmanteladas y una tercera se encuentra en revisión.

Kan explicó que esa planta no volverá a funcionar hasta que haya medidas suficientes de seguridad a medio y largo plazo, como diques de seguridad instalados, para afrontar un tsunami o un seísmo de elevada magnitud.

El cierre de la planta de Hamaoka, que genera 2.500 megavatios de electricidad, podría prolongarse durante al menos dos años, según la Agencia para la Seguridad Nuclear de Japón, citada por la agencia local Kyodo.

Es la primera vez que el Gobierno de Japón reclama el cierre hasta nueva orden de una central nuclear desde la crisis desatada por el terremoto del 11 de marzo, lo que fue recibido con alborozo por organizaciones ecologistas como Greenpeace.

A diferencia de la planta de Fukushima, Hamaoka no resultó dañada por ese seísmo y el consiguiente tsunami, pero se encuentra ubicada en una zona, la costa del Pacífico de la provincia de Shizuoka, que es vigilada de cerca por los expertos por su elevado riesgo sísmico.

Según la agencia local Kyodo, la empresa operadora de la planta, Chubu Electric, tiene intención de acatar la petición formal del Gobierno, que le generará un grave perjuicio económico, además de hacer temer por el suministro eléctrico en la zona.

"Esta es una decisión tomada después de reflexionar sobre la seguridad de la gente", dijo el jefe de Gobierno japonés, que ayer mismo reconoció que la respuesta de su Gabinete a la catástrofe del 11 de marzo fue "inadecuada en varios aspectos".

Aunque la empresa operadora, Tepco, no prevé solucionar la crisis nuclear de Fukushima hasta finales de este año, poco a poco se ha reducido el nivel de alarma y ayer sus operarios pudieron entrar en el edificio de un reactor, por primera vez desde el accidente.

Cuatro centrales nucleares no funcionan en Japón al haber entrado en parada automática por el fuerte seísmo del 11 de marzo y se teme que haya restricciones en el suministro eléctrico durante el sofocante y húmedo verano nipón.

Otra planta nuclear, la de Tsuruga (centro del país), sufrió filtraciones radiactivas y uno de sus reactores, el número 2, será parado manualmente hoy para investigar lo ocurrido.

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