Las mujeres explotadas sexualmente dentro de redes de trata de seres humanos tienen una media de entre 33 y 37 años, son rumanas, están en situación regular en España y residen en Cataluña, según los datos ofrecidos por el Ministerio del Interior, que destaca el aumento del 140% en las redes mafiosas desarticuladas en 2013. Esta es la primera vez que Interior publica un balance de datos de la trata de seres humanos, un fenómeno reciente que preocupa cada vez más a las fuerzas de seguridad por la invisibilidad de sus víctimas, lo que lo convierte "en un monstruo social que adquiere dimensiones extraordinarias y preocupantes para todos los países del mundo".

La trata de seres humanos, explica Interior, es un proceso que empieza con el reclutamiento de las personas en sus lugares de origen y su traslado a España a través de tres rutas: desde Brasil, desde Rusia y Rumanía a través de Francia, y desde Nigeria y Níger por dos rutas diferentes hasta llegar a Marruecos, punto de entrada a España. Los perfiles de las víctimas, tanto de trata de seres humanos como de explotación sexual, son similares, con un aumento en la edad de las víctimas de explotación sexual que se sitúa entre los 33 y 37 frente a los 23 y 27 años de la trata de seres humanos.

En ambos casos, el perfil de las víctimas es de mujeres de nacionalidad rumana, en situación regular en España y principalmente residiendo en Cataluña. Esto último se debe a que entran a España por la frontera francesa, explica Interior. El Ministerio destaca que en 2013 la Policía y la Guardia Civil detuvieron a 753 personas y desarticularon 96 grupos criminales vinculados con la trata de seres humanos con fines de explotación sexual, un 140% más que un año antes. El número de arrestados por trata de seres humanos aumentó un 77%, pasando de 195 personas en 2012 a 345 en 2013, y el de detenidos por explotación sexual creció un 10%, de 371 en 2012 a 408 un año después.

Un 60% de los detenidos por estos delitos eran hombres, 408 de ellos vinculados con la explotación sexual, la mayoría de nacionalidad rumana, española y nigeriana. Se identificaron a 1.180 víctimas, de las que 264 eran de trata de seres humanos, la mayoría de nacionalidad rumana, nigeriana y paraguaya, y 916 víctimas por explotación sexual, principalmente de Rumanía, China y España Entre estas víctimas se identificaron a 16 menores de edad, 12 por trata de seres humanos (5 de Rumanía, 4 de Nigeria, 2 de Brasil y 1 de Italia) y 4 por explotación sexual (1 de Rumanía, 1 de España, 1 de Bulgaria y 1 de Marruecos).

Las fuerzas de seguridad también llevaron a cabo 2.255 inspecciones en lugares de ejercicio de la prostitución, principalmente en clubes de alterne con plaza, es decir, aquellos grandes clubes que cuentan con residencia y habitaciones donde se llevan a cabo las relaciones entre la víctima y el cliente. Las rutas que estas mafias utilizan para trasladar a España a las víctimas son tres, una de ellas a través de Brasil que usan mujeres brasileñas y paraguayas para llegar a Europa y, especialmente, a España. Otra ruta utilizada también desde Sudamérica con destino a centroeuropa es a través de Italia.

Las organizaciones también trasladan a las mujeres desde Europa del Este, empezando en Rumanía y pasando por Italia, Alemania o Francia, normalmente por vía terrestre. Otra de las rutas habituales utilizadas tiene su origen en Rusia y utiliza como países puente Bielorrusia y Ucrania. Otras mujeres provienen de África, donde hay dos rutas establecidas: una por Nigeria a través de Senegal y Marruecos, y otra por Níger, Argelia y Marruecos, donde confluyen los dos caminos con destino final España.