Cuando el ser humano se encuentra ante cualquier tipo de asesinato, por lo general, se ve en una dicotomía entre la empatía con la víctima y la curiosidad de algo totalmente desconocido.
Ante el debate de si seríamos capaces o no de asesinar a otra persona, muchos responderían que bajo ningún concepto podrían incurrir en un crimen así. Otros valorarían si en determinadas situaciones (generalmente de defensa), podrían llegar a plantearse, al menos, una cosa así.
De todas las informaciones y casos que nos llegan a diario a través de la prensa, la televisión y, en los últimos tiempos, también de series y documentales, hay un perfil de asesino que llama especialmente la atención por su forma de actuar repetitiva y los, generalmente escabrosos, detalles de sus crímenes.
¿Cuándo hablamos de un asesino en serie?
Normalmente se habla de un asesino en serie cuando la persona comete, al menos, 3 asesinatos en un lapso de 30 días o más, dejando un intervalo de tiempo entre los crímenes llamado periodo de "enfriamiento" o "reflexión".
La motivación fundamental de estos crímenes sigue impulsos psicológicos, concretamente ansias de poder o compulsión sexual. Y suelen seguir un mismo modus operandi, involucrando a víctimas que a menudo comparten alguna característica con el agresor, ya sea ocupación, raza, apariencia, sexo o edad.
En el intervalo de tiempo en la que los asesinos en serie llevan a cabo sus crímenes mantienen una apariencia "normal" ante la sociedad, algo que se conoce como "máscara de cordura", término acuñado por los doctores Hervey M. Cleckley y Robert D. Hare, eminencias de la psicología criminal.
Algunos de estos asesinos en serie, presentan uno o más signos de alerta durante su infancia. Esto se conoce como el "Conjunto McDonald" o la "Tríada psicopática" y son:
- Piromanía: desarrollan emociones de placer simplemente con el hecho de quemar o destruir cosas.
- Crueldad hacia los animales: es cierto que muchos niños tienen tendencia a comportamientos crueles con insectos. Pero cuando hablamos de los asesinos en serie hablamos de matar animales más grandes, como perros y gatos simplemente por su propia satisfacción personal.
- Enuresis: micciones nocturnas incontrolables, siempre más allá de la edad en la que los niños superan este comportamiento.
Características comunes en los asesinos en serie
Cada perfil puede tener características o elementos psicopáticos propios de la persona, sin embargo hay una serie de elementos que suelen ser comunes a la mayoría de los asesinos de este tipo:
- Carencia de empatía: no se ponen en el lugar de la víctima ni sienten empatía por su sufrimiento. Es más, una de las motivaciones principales de estos actos es su propia satisfacción a la hora de cometer estos delitos.
- Aparente normalidad: en términos generales, la mayoría suelen tener una apariencia normal de cara a la sociedad, lejos de comportamientos y acciones anormales que hagan sospechar de su psicopatía.
- Víctimas vulnerables: necesitan tener el control y el poder en todo momento, por ellos suelen escoger víctimas fácilmente manipulables o que atraviesan un momento de vulnerabilidad.
- Manipuladores natos: a veces pueden incluso tener un perfil seductor y atrayente y emplean estas condiciones para acercarse a la víctima sin que esta oponga resistencia.
- Infancia en entornos aversivos: muchos de los asesinos en serie han tenido problemas durante la infancia en su entorno familiar. Algunos incluso han sido víctimas de algún tipo de abuso.
Los años 70: la década de los asesinos en serie
Las décadas de los 70 y 80 en Estados Unidos trajeron consigo un gran número de casos de asesinos en serie y, justo cuando uno era atrapado, salía otro nuevo asesino para ocupar su lugar y cometer crímenes todavía más escabrosos y sangrientos.
El experto en justicia criminal Peter Vronsky dedujo que, generalmente, estas personas desarrollan la personalidad y obsesión desde pequeño. A los 14 años, ya están completamente desarrollados, y comienzan a matar a los veintitantos. Siguiendo esta línea de estudio, Vronsky se paró a analizar qué pasaba en el mundo cuando asesinos como John Wayne Gacy, Jeffrey Dahmer y Ted Bundy estaban desarrollándose, y descubrió una conexión: todos nacieron durante la guerra.
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