Consumo

La mitad de los consumidores no pasan de la fecha de caducidad en las etiquetas

Un supermercado de la ciudad de Granada.

Un supermercado de la ciudad de Granada. / R. D.

Las etiquetas de los productos que vamos a adquirir en el supermercado nos informan de varios aspectos importantes del alimento: lista de ingredientes, si hay presencia de alérgenos, fecha de caducidad o cómo conservarlo y cocinarlo, además de la cantidad de calorías, proteínas, grasas o hidratos que contiene.

Aunque, según ha revelado una encuesta realizada por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), casi la mitad de las personas (47%) miran la etiqueta solo por encima y un 9% nunca la leen, ya que, según apunta la mayoría, la letra es demasiado pequeña.

Al comprar un alimento por primera vez, lo que más se consulta es la fecha de caducidad o consumo preferente (82%), la lista de ingredientes (69%) y la tabla de valor nutricional (51%), como arrojan los datos de la encuesta que la OCU ha realizado a casi un millar de personas. El lugar de procedencia (49%), las instrucciones de cocinado (40%) o el contenido neto del producto (33%) son los siguientes aspectos en los que se fijan las personas.

Aunque estas preferencias varían según la edad: los menores de cuarenta prestan más atención a la tabla nutricional y las promociones, mientras que una vez rebasada la barrera de los 40 años, los intereses cambian a las instrucciones de cocinado, a cómo conservar el alimento y a los beneficios que aporta a la salud.

Otros aspectos que la encuesta de la Organización de Consumidores y Usuarios saca a la luz es que la información nutricional y las instrucciones para el cocinado, así como los logos relacionados con la sostenibilidad y la información sobre cómo se recicla ese envase interesan más a las mujeres que a los hombres.

Los jóvenes son los que más se preocupan por las calorías

En el apartado de la etiqueta dedicado a la información nutricional del alimento se informa sobre su valor energético y las cantidades de grasas, grasas saturadas, hidratos de carbono, azúcares, proteínas y sal que lleva el producto. Lo que más preocupa de este aspecto es, a los consumidores mayores, el contenido de azúcar y, a los jóvenes, el número de calorías.

Algunos productos se anuncian como "bajo en grasas""bajo en sal", con "alto contenido en fibra", "light" o que "ayuda a bajar el colesterol", unos reclamos a los que muchos consumidores presta atención. De hecho, 7 de cada 10 encuestados confirman que influyen en la decisión para comprar el producto.

Aunque más de la mitad de las personas que han participado en la encuesta de la OCU piensan que el uso de reclamos nutricionales como los mencionados anteriormente es excesivo, y solo el 33% cree que estos productos realmente son más sanos que los demás.

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