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Una tradición en la que nadie quiere ser francés

Una tradición en la que nadie quiere ser francés

Una tradición en la que nadie quiere ser francés

El municipio de La Peza, en la comarca de Guadix de Granada, se volverá a transformar el próximo sábado día 25 en un pueblo de 1810 para recordar la lucha de sus antepasados, con el Alcalde Carbonero a la cabeza, contra las tropas napoleónicas. Con sus vecinos caracterizados para la ocasión, desde los más pequeños a los mayores, se representarán diversas escenas costumbristas en los lugares más emblemáticos de la localidad, haciendo pleita y encaje de bolillos, secando tomates, elaborando queso y miel, lavando la ropa en los lavaderos públicos, o preparando la metralla.

La recreación comenzará a las 10:30 horas del sábado con la preparación de la batalla, con las mujeres del pueblo aprovisionando el lugar como hospital de campaña, la llegada del alcalde Manuel Atienza y la serie de escenas costumbristas. El punto álgido del evento tendrá lugar a partir de las 19:30 horas, cuando repicarán las campanas y sonarán los tambores para anunciar la llegada del enemigo, las tropas de Napoleón, que estarán representadas por voluntarios de diversas asociaciones napoleónicas de la provincia de Jaén porque "nadie en el pueblo quiere hacer de francés", según afirmó durante el acto de presentación la alcaldesa de La Peza, Celia Santiago.

"Yo soy la villa de La Peza, que muere antes de entregarse", exclamó Manuel AtienzaLa recreación de la batalla se basa en un relato de Pedro Antonio de Alarcón

Será entonces, a media tarde, cuando Alfredo Fernández, el vecino que asume cada año el papel del Alcalde Carbonero, arengará desde el balcón de la Plaza de España a todo el pueblo y lo movilizará para hacer frente a los franceses, dirigiéndose al campo de batalla. El tercer y último acto, consiste en la batalla propiamente dicha: escaramuzas de ataque y retroceso, preparación del cañón de madera de encina, fuego, fusilamiento y raptos.

El epílogo de la historia llegará alrededor de las 22:00 horas, y contará la explosión del gran cañón de madera de encina. Entonces, las tropas francesas tuvieron que replegarse a Guadix y volver a los tres días con el refuerzo de dos mil soldados. El Alcalde Carbonero resguardó a los niños y mujeres en la sierra, dejó el pueblo vacío y esperó a los franceses a las afueras.

Manuel Atienza fue finalmente capturado, pero sin perder su dignidad, rompió su bastón de mando y sentenció: "Yo soy la villa de La Peza, que muere antes de entregarse". Dicho esto se arrojó por el tajo Bernite para que no se apropiara de su cuerpo el enemigo. La frase define en buena medida el carácter luchador de los orgullosos vecinos que cada año recrean este pasaje histórico en medio de la fiesta y es el lema actual de la localidad, que ha convertido la valentía de su Alcalde Carbonero en "su mayor reclamo turístico".

La Diputación viene colaborando desde el inicio con esta fiesta singular, según destacó la diputada de Cultura, Fátima Gómez, quien afirmó que "la recreación es el motivo de un extenso programa de participación sociocultural de todo el pueblo". Así, durante los meses de julio y agosto los lapeceños "se embarcan en múltiples actividades culturales para caracterizar y escenificar aquel enfrentamiento; mediante las artes plásticas, las artes escénicas y la artes audiovisuales, además de la música". Por su parte, la alcaldesa de La Peza, Celia Santiago, señaló que "la recreación se ha convertido en una gran fiesta, que ha ido creciendo año tras año desde 2010 y que cada vez atrae a mayor número de visitantes". Santiago manifestó sentirse orgullosa de ser alcaldesa de "un pequeño pueblo de carboneros que se negó a entregarse y ser invadido por los franceses, y heredera del alcalde Carbonero Manuel Atienza" y de todos los antepasados, "que dieron la vida por defender" la libertad.

La recreación de la batalla del Alcalde Carbonero está basada en el relato homónimo del accitano Pedro Antonio de Alarcón, en el marco de sus Historietas nacionales (1859), y surgió en el año 2010 para conmemorar el bicentenario de la contienda. En este sentido, lo que comenzó siendo un evento único, se ha convertido en una típica fiesta de verano, un lugar de encuentro y participación de los propios lapeceños y un singular reclamo turístico del municipio, que atrae cada mes de agosto a cientos de visitantes de la comarca de Guadix y de toda la provincia, quienes durante un rato viajan directos al año 1810.

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