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Los mayores se apuntan al vídeo y graban un corto

  • Pensionistas estrenarán este sábado 'Un cuello muy largo'

  • Ha sido producido y montado en el taller 'Vamos a hacer pelis'

Los mayores que han participado en el corto.

Los mayores que han participado en el corto. / g. h.

La edad no tiene por qué limitar la creatividad, las ganas de adquirir conocimientos o de desarrollar actividades novedosas. Así lo han demostrado un conjunto de mayores que residen en Granada y que ayer presentaron su primer corto llevado a cabo en el taller Vamos a hacer pelis que la concejalía de Derechos Sociales del Ayuntamiento de Granada puso en marcha el pasado curso. Tras pasar horas y horas entre cámaras presentaron su primer trabajo con enorme satisfacción.

La concejal del área Jemi Sánchez, fue la encargada ayer de presentar este audiovisual que calificó de experiencia de "divertida" e "innovadora", pese a "las muchas horas de trabajo" requeridas. Según detalló la concejal, el taller de cortometrajes es un programa sociocultural de envejecimiento activo que empezó hace un año como un proyecto piloto con la finalidad de rodar "películas y cortos de calidad profesional y artística". El resultado, todo un éxito de participación, aprendizaje, colaboración y amistad, a juzgar por el estado de satisfacción de sus protagonistas, ha aconsejado la continuidad durante este curso.

Para la grabación del cortometraje han tenido que localizar escenarios y actuar

Ante este nivel de aceptación el Ayuntamiento de Granada no lo ha dudado y ha repetido este año. Así, el segundo taller empezó hace alrededor de un mes. El programa está dirigido a pensionistas mayores de 55 años empadronados en el municipio de Granada.

Un cuello muy largo es el título del corto que será exhibido en primicia el próximo sábado, 18 de noviembre, a las 19:00 horas, en el teatro Maestro Alonso del distrito Beiro.

La obra, realizada a partir de textos breves de Queneau, ha sido dirigida por Gerardo Ruano, profesor de la Escuela de Teatro de Granada. En el rodaje, localizado en escenarios de la capital, han actuado veinte mayores. Todos ellos se han granjeado "el mérito" de crear una película sin medios y una cámara doméstica.

Persuadidos de que "la edad no tiene fronteras", los mayores metidos a actores confiesan sentirse "orgullosos" del trabajo conseguido, trabajo al que han puesto "fuerza de voluntad" y para el que han llegado a pedir "favores". Para la realización del corto han logrado tener a su disposición un autobús con conductor, el Museo Casa de los Tiros o el Carmen de los Mártires.

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