El pueblo de Granada con un hermano en Japón y famoso por sus bodas 'exóticas' y 'a la española' con jamón ibérico

Hermanos separados por 20 horas de avión. De esos parientes que, aunque no se parezcan en absolutamente nada, ni compartan pequeño rasgo, se aprecian ineludiblemente. Uno de ellos está en la provincia de Granada y, el otro, en Japón.

La relación de amor entre este pueblo granadino y el nipón se consolidó hace 8 años y hasta el día de hoy dura su romance a distancia. En 2017 Montefrío y Yasuda (en la provincia de Kochi) decidieron hermanarse, lo que convirtió a esta localidad granadina en la primera de la provincia en establecer este tipo vínculo con Japón y la cuarta de Andalucía.

Un pilar fundamental de este idilio transcontinental es el intercambio y la curiosidad que ambos pueblos sienten por el otro. Y los principales objetos de deseo son, respectivamente, el aceite de oliva DOP de Montefrío que se vende en las tiendas del pueblo japonés y, por la parte oriental, el licor típico de Yasuda, el licor de yuzu.

Bodas 'a la española' en masa

Pero quizás este hermanamiento es mucho más llamativo cuando en la estampa aparecen dos novios perfectamente japoneses ataviados con sendos trajes nupciales dirigiéndose hacia el antiguo Convento de San Antonio, donde celebrarán su boda 'exótica' y 'a la española'. Esto sucedió en 2010, cuando estalló el 'boom' de los enlaces nipones en Montefrío.

Tras este primer evento, en el que Takuma Kawauchiya (el novio) y Yumiko Muramatsu (la novia) se desposaron, llegaron decenas de parejas más desde el país del Sol naciente hasta esta preciosa localidad de Granada.

Cuentan las crónicas del momento que, por supuesto, no faltó el jamón ibérico (capricho japonés desde hace años) y hasta un maestro de ceremonias 'vestido' de cura ya que la boda era civil.

La alcaldesa de Montefrío de aquel momento, Remedios Gámez Muñoz, que asistió junto a toda la corporación municipal a la boda, se mostró "enormemente orgullosa" de que varias parejas japonesas eligieran la localidad para casarse, y confió, y no se equivocó en abosluto, en que aquella fuera sólo "la primera de una larga lista de enlaces". Efectivamente, así fue.

El japonés que puso de moda el pueblo

Aquel fue uno de los primeros grandes guiños entre patrias y culturas, pero no el primero. Quien tiró por primera vez el lazo a Montefrío y puso de moda este pueblo en Japón (tanto que llegaban autobuses llenos de ciudadanos nipones para visitarlo) fue el fotógrafo y profesor de la Universidad de Yokohama, Yuri Oyama, allá por 1981.

Tras su primer encuentro con el pueblo de la iglesia redonda, tal fue su fascinación que este japonés no se quiso resistir y reincidió en su visita hasta en cinco ocasiones más cámara en mano y dispuesto a radiografiar tanto sus calles como los hábitos de los vecinos.

En fotos vistas en Tokio

Esas visitas, no obstante, fueron tan solo los preliminares de esta historia de amor: Montefrío fue descubierta por el gran público japonés dos años más tarde, cuando Oyama publicó su libro de fotografías que luego se convirtieron en exposiciones que llegaron a Tokio y Yokohama.

Desde entonces el ir y venir de japoneses fue en flujo constante y, años más tarde ya con el hermanamiento rubricado, se celebran jornadas gastronómicas y culturales e intercambios de estudiantes en la preciosa localidad del Poniente granadino.