El optimismo del que presumen los responsables del Gobierno de un tiempo a esta parte no es más que una pose. Optimismo impostado que no se corresponde con la realidad porque, por mucho que nos pese, no se ve la luz al final del túnel. Y no se ve "porque no hay alicientes para que la economía crezca". Así, sin paliativos, lo afirmó ayer el economista, titulado mercantil y abogados José María Gay de Liébana, que aseguró que "los políticos no quieren crear empleo" porque tienen los instrumentos necesarios para hacerlo pero, a la vista está, no lo hacen.

"El Gobierno no está tomando medidas para construir empleo, sino para destruirlo". En lugar de bonificar la contratación, de proponer exenciones a la Seguridad Social a las pequeñas y medianas empresas y a los autónomos, el Gobierno "desespera" a las pymes con impuestos y con una reforma laboral que se ha demostrado "un fracaso" más de un año después de su entrada en vigor.

Y la situación es insostenible. Liébana, que visitó Granada para participar en una conferencia organizada por el Colegio de Titulados Mercantiles, aseguró que todavía irá a peor y que no será hasta 2014 cuando la economía comience a remolcar. ¿El motivo? Que aún quedan por delante grandes reestructuraciones de empleo (Iberia y Bankia, por ejemplo) y que la reforma laboral se ha mostrado "incapaz" de crear empleo.

Tanto, que Gay de Liébana no tuvo reparos en reconocer que "los mayores de 45 años que están en el paro no volverán a trabajar", con el coste laboral, social y moral que ello conlleva. Para revertir esta situación, o al menos evitar que vaya a peor, el economista indicó que España, el país "con los costes laborales más alto del mundo" y con un IRPF que grava "en demasía" los rendimientos del trabajo, necesita fomentar la contratación rebajando precisamente esas cargas.

Y centrándose en las pequeñas y medianas empresas, que tiran del 99% de la economía. "El día en que el Gobierno sea consciente de que son las pymes las que llevan las riendas de la economía, saldremos de la crisis"

El problema es que no saldremos en las mismas condiciones que antes de la recesión. "No veremos otra vez niveles tan maravillosos", apuntó Gay de Liébana, que adelantó que el verdadero problema será la calidad del trabajo. "De cara al futuro vamos a competir por sueldos muy por debajo de los mil euros, entrando en la canibalización de la economía familiar. El año que viene veremos que entre un pare y un hijo luchan entre ellos por un puesto de trabajo".