Granada

Autovía a precio de AVE

  • Los 10 kilómetros entre Ízbor-Vélez inaugurados se han convertido en el tramo más caro realizado en el país

Sólo quedaban 10 kilómetros, pero 10 kilómetros que han resultado constituir el tramo de carretera más caro de toda España. Las cifras no mienten y tan sólo el coste de este segmento de asfalto (142,7 millones de euros) ha costado lo mismo que el primer tramo que se hizo de esta autovía, comprendido entre Granada y Alhendín. En realidad, todo ha corrido en contra de los costes. Los materiales utilizados para trabajar en un terreno delicado tienen un precio muy elevados y el paso del tiempo ha corrido en contra de una factura final nada despreciable. Y es que el coste del kilómetro lineal ha rondado los 14 millones, lo que supone un desembolso similar al precio de un kilómetro de AVE.

En cualquier caso, el dinero y “todos los contratiempos” acumulados pasaron ayer a la historia con la apertura total de la vía. Concretamente, el tramo de la “discordia”, de Ízbor a Vélez de Benaudalla discurre entre los términos municipales de El Pinar, Órgiva y Vélez de Benaudalla. Se trata de un tramo de 10 kilómetros que discurre el margen izquierdo de los ríos Ízbor y Guadalfeo, atravesando el embalse de Rules. El punto de origen es el kilómetro 166,500, tras cruzar el puente de Tablete.

Nadie duda que este tramo ha sido el más complicado, no sólo de la obra sino prácticamente del país y sólo comparado con la autovía que conecta Cantabria con la Meseta. La filosofía del trabajo era clara, “tocar lo menos posible los montes”, un trabajo que no estuvo extenso de contratiempos, retrasos y polémicas políticas.

Técnicamente, en su primer kilómetro se duplica el trazado de la actual N-323 tras el que gira hacia el Este, atravesando el paraje de Llanos de Aguado. Posteriormente, el tramo Ízbor-Vélez de Benaudalla cruza el Barranco del lobo, para más tarde llegar al viaducto de Ízbor, que tiene una altura máxima de 70,41 metros. Una zona que como reza anteriormente y como confirmó el ministro de Fomento, José Blanco, son terrenos de gran complejidad geotécnica en los que se localizan numerosos deslizamientos que han requerido la adaptación de estos viaductos.

El trazado en cuestión continúa por la ladera del margen este del río Ízbor, por encima de la cota máxima inundable del embalse de Rules, atravesando dos barrancos que se salvan con el viaducto de la Lomas I y II de 477,80 metros y 157,80 de longitud respectivamente construido con vigas artesanas de 40 metros de longitud.

A continuación se inicia el viaducto del embalse de Rules de 585 metros de longitud repartidos en cinco vanos. Se trata de una celosía metálica continua espacial del tipo Warren con tablero mixto de 10 metros de canto. La altura máxima es de 85 metros.

A partir del punto kilométrico 6,400 el trazado discurre por el margen izquierdo del río Guadalfeo, cruzando el barranco de Miranda, con un viaducto construido de  40 metros de longitud. Y después cruza el barranco Vicario con un viaducto de 175 metros de luz dividido en dos vanos de 87,50 metros, alcanzando una altura máxima de 87,50.

El tramo finaliza cruzando los llanos del Caldero por encima del estribo izquierdo de la presa de Rules desembocando en la actual A-44. La obra incluye dos enlaces, el de Ízbor y el de Vélez.

Hablar técnicamente de esta infraestructura no es nada sencillo. Incluso el director de Acciona, José Manuel Entrecanales, dijo ayer a “pie de obra” que poner fin a este proyecto no sólo era una meta profesional, sino también una cuestión personal.

La carretera está compuesta por dos calzadas con dos carriles de 3,50 metros de ancho, arcenes exteriores de 2,50 metros e interiores de 1 metro, disponiéndose de una mediana estricta de 2 metros.

Los miembros de la empresa destacaron que durante todo el trabajo se ha cumplido con lo dispuesto en la declaración de impacto ambiental. Como detalle, recordar que entre las actuaciones se incluye el estudio arqueológico previo a la excavación, la restauración ambiental de las márgenes de los ríos Ízbor y Guadalfeo, el encauzamiento del río Ízbor, la restauración de los vertederos, inclusión de pasos de fauna, la revegetación de los taludes y la reposición de la cañada real de Sierra Nevada.

En definitiva, después de cerca de 20 años sembrando más de un quebradero de cabeza, a partir de ahora llega el momento de recoger y disfrutar de uno de los accesos más esperados en Granada y provincia.

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