la tribuna

Francisco González García

Educación: horas y caraduras

HAY cuestiones que no se pueden tomar a broma, lo cual me provoca un problema en mi habitual estilo al escribir y querer compartir con ustedes algunas reflexiones sobre el debate que en el mundo de la educación se está produciendo en estos días. El tema atañe a mi ejercicio profesional y me provoca tal indignación que me arriesgo a lanzarme con la pluma. Me aventuro pues estoy asombrado de forma múltiple ante el cinismo y el gasto de hormigón cutáneo de unos y otros; unos al justificar las medidas que frente a la crisis económica afectan a la educación y otros en las críticas utilizadas para descalificar las propuestas de recorte. Expliquémonos.

Es evidente que si se amplia la dedicación docente del profesor (las dos horas propuestas en la Comunidad de Madrid) el resultado es menos necesidad de interinos y ahorro en el presupuesto. Esto se entiende; igual que si a esos funcionarios se les pide el esfuerzo de arrimar el hombro. No hace falta "tocar las narices" con afirmaciones sobre las vacaciones que disfruta el profesorado o decir que en otras profesiones se trabaja más de 20 horas. Inviertan para que las horas de estancia en los centros se cumplan el cien por cien, por ejemplo dotando de verdadero sentido a las tareas de dirección; inviertan para que los horarios con "X" horas estén al servicio del alumnado y no queden al arbitrio azaroso de las sesiones que el profesorado dedica a elaborar los horarios. La educación de calidad requiere mucho dinero (revisen los datos de inversión en otros países) y ahora no lo hay, díganlo claro y no cuenten otras historias que, generalizando, solo sirven para crear malestar entre el profesorado o para apoyar ciertas leyendas urbanas de su trabajo.

Son horas duras las que se piden, no hay duda. Y si los sindicatos "obreros" y "profesionales" descalifican las medidas les pediría un esfuerzo de memoria. Recuerden que los profesores de primaria siempre han tenido mayor dedicación horaria, o ¿La educación en primaria es menos ardua? También se podría consultar con los profesores de la educación concertada (centros de titularidad privada pero dentro de la red de educación pública) que, en el caso de Andalucía, tienen 23 horas de docencia, frente a las 18 de los públicos ¿Cómo ligamos estos datos con la alta demanda que tienen los centros concertados? ¿No saben padres y sindicatos que esos profesores están de continuo estresados con tantas horas, con menos sueldos y con el grave "pecado" de no ser funcionarios?

Dirigentes del partido que gobierna desde el siglo pasado en esta tierra se descuelgan diciendo (leído en el Granada Hoy y otros periódicos nacionales del día 3) que se pretende "demoler" la educación pública y que se va a retroceder a situaciones de hace décadas. En el colmo de la confusión se hace un batiburrillo con la privada y la concertada. Asombro absoluto. Pareciera que se sigue actuando con el mismo cinismo de aquellos de sus dirigentes que se llenaban la boca de enseñanza pública para luego llevar a sus hijos a centros concertados y luego a universidades privadas. Si tanto creen en la enseñanza pública, ¿Por qué no han prescindido ustedes de todos los centros concertados? Claro que eso les costaría bastante más pues los profesores funcionarios cobran salarios mayores que los profesores de concertada y tampoco podrían ahorrase los costes de mantener esos centros. Si alguien se beneficia de la red concertada son las arcas públicas. Sean valientes y no enmarañen ni cuenten patrañas de retrocesos históricos que parecen solo síntoma del miedo a perder el poder.

Ni en bonanza ni en crisis, nunca ha sido posible el acuerdo en educación pues ni unos ni otros han apostado en serio por ella; en serio quiere referirse a medidas con futuro. Futuro es, por ejemplo, una adecuada formación de los docentes. Al reformar los estudios universitarios en los primeros 90, pareció excesivo dar nivel de licenciados a los maestros de primaria y solo por el imperativo europeo de los estudio de grado han conseguido estas carreras la igualdad con el resto. Aun así, los maestros generalistas de primaria no han tenido un temario de oposiciones durante más de diez años. Las notas de corte de selectividad para entrar en los estudios de Magisterio han sido por años muy bajas, salvo algunas excepciones, y el número de plazas ofertadas elevadísimo, ¿Es eso calidad? Los grados europeos, algo bueno tendrá Bolonia, parece que pueden enmendarlo. Respecto al profesorado de secundaria habría que recordar que su sistema de formación se mantenía en vigor con una norma de 1970 y fue el gobierno de Andalucía quien más presionó para que se prorrogara otro año. ¿Parecía que el sistema de Master, impuesto por Europa, era excesivo?

Si los argumentos son de dos horas más o menos o la amenaza de la vuelta al pizarrón, seguimos como siempre: la educación como arma y no como acuerdo.

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