Mar adentro

milena Rodríguez Gutiérrez

¿Mujeres al poder?

LO cuentan los periódicos como gran noticia; lo cuentan como un suceso que denota el avance de las mujeres y el reconocimiento que han llegado a alcanzar. Lo cuentan como un signo de la modernidad y la progresía de los nuevos tiempos y de la existencia del nuevo poder femenino. Por fin, dicen, una mujer dirigirá el más importante periódico francés, el diario Le Monde; será una prestigiosa periodista, la premiada Natalie Nougayrède, de 46 años.

Desde 1944, fecha en que se fundó Le Monde, es la primera vez que una mujer tiene semejante cargo; o dicho de otro modo, llega una mujer a dirigir el periódico 70 años después de creado el diario. Añaden en las noticias, como de pasada, como refiriéndose a una circunstancia de poco relieve, que una de las tareas de la nueva directora será "luchar contra la caída de ventas y publicidad de la edición en papel". Resulta curioso que una mujer llegue a hacerse cargo del periódico francés más relevante precisamente en el momento en que éste, y los periódicos en general, han perdido el glamour, la significación, el peso que hasta hace no mucho tiempo tenían. Frente a internet y sus ofertas, los periódicos se han convertido en reliquias del pasado, con escasa vida y lectores. Así que resulta difícil no hacerse la pregunta: ¿Llega una mujer a dirigir porque al fin se reconoce su capacidad para hacerlo, o acaso porque se le ofrece, como regalo barato, aquello que ya no tiene la relevancia que tenía en otro tiempo?

Aunque es magnífico, por supuesto, que haya tantas mujeres haciéndolo, ni enseñar ni curar tienen hoy el respeto o la retribución económica que antes merecían. ¿Tendrá algo que ver con la presencia masiva de las mujeres en la educación y la medicina? Ahora que en España el gobierno está procediendo a desmantelar la Universidad pública, es probable que se elijan muchas mujeres rectoras. Y seguro que el día en que todos nos hagamos budistas, será el mismo que elija la Iglesia Católica para nombrar a una mujer papisa.

Claro que las mujeres avanzan; claro que consiguen, con sus capacidades y esfuerzos, reconocimiento, influencia, poder. Pero no olvidemos que el avance y las conquistas llegan a menudo tarde, y son, a veces (¿demasiadas veces?), el regalo bobo que se les hace de aquello que ya no funciona o interesa; regalo arrojado a sus pies como entretenimiento aparentemente esplendoroso, pero barato, inofensivo o intrascendente.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios