UnA curiosa imagen del año 1963 procedente del archivo de Pepe Romero nos muestra la calle Rector López Argüeta con un aspecto casi irreconocible. El espacio verde de la imagen es ocupado en la actualidad por grandes bloques de piedra.

La mirada nos lleva hacia el Monasterio de San Jerónimo fundado por los Reyes Católicos en la ciudad de Santa Fe en 1492, año de la conquista de Granada. Sin embargo, este espacio quedó en lamentable estado tras la estancia del ejército castellano por lo que se trasladó a la capital al lugar llamado la Almoraba, hoy ocupado por el Hospital de San Juan de Dios. Será en 1504 cuando sea trasladado a su ubicación actual. En 1528 se hace cargo de las obras Diego de Siloé. El edificio sufrió destrozos y expolios durante la invasión francesa. La ley de desamortización arruinó esta magnífica obra y expulsó a sus monjes en 1835. Convertido en cuartel de caballería llegó muy destrozado hasta 1958, año en que comienza su lenta y penosa restauración. El lector quizás se habrá percatado que en la imagen no aparece la característica torre del Monasterio. Fue desmontada en su mitad superior por el ejército napoleónico para construir el Puente Verde y reconstruida a partir de 1963. No sabemos el porqué de tal actuación expoliadora que dio lugar a una gran pérdida patrimonial.

En 1973 fue cedido a la Orden Jerónima y en julio de 1977 lo ocupó la actual comunidad. Destaca su magnífico claustro gótico de dos plantas y donde yacen más de quinientos monjes. La iglesia se comienza a construir de forma gótica hasta que se hace cargo de las obras Jacobo Florentino. En ese momento Carlos V cede el edificio a la Duquesa de Sesa para el entierro de su esposo, el Gran Capitán. Es monumental su retablo mayor, de cuatro cuerpos, así como la sillería del coro realizada por Siloé. No pasan inadvertidas sus magníficas vidrieras así como todo el programa escultórico dedicado al Gran Capitán. Las labores de Florentino y Diego de Siloé convirtieron al templo en una de las más notables muestras del renacimiento español. En la actualidad el monasterio puede ser visitado con un coste muy reducido, en torno a los 3 euros. Son muchos los turistas que en Semana Santa se han dejado caer por el Monasterio. Sin embargo, seguimos pensando que es un edificio poco promocionado desde el punto de vista turístico. Al igual que ocurre con muchos otros espacios que configuran nuestro patrimonio, el Monasterio de San Jerónimo no recibe todas las visitas que se merece debido a una falta de promoción turística por parte de la administración. En ocasiones, el turista se queda con una imagen muy estereotipada de la ciudad. Sería positivo una promoción de rutas turísticas en las que se inserten aquellos espacios más alejados de la Alhambra o del entorno de la Catedral. Esto permitiría una mayor difusión de nuestro patrimonio y el acercamiento de un mayor número de turistas a esas zonas, lo cual repercutiría en la economía de aquellos barrios que, pese a tener un magnífico patrimonio, no es lo suficientemente conocido ni explotado. Además, los ingresos que proporcionarían las visitas podrían ser destinados a una exhaustiva conservación, visitas guiadas y limpieza de los monumentos. Desde aquí, quiero invitar al lector a que se acerque al Monasterio de San Jerónimo, toda una joya del renacimiento español.