Paso de cebra

josé Carlos Rosales

(Con)federación ibérica

LOS dirigentes políticos están rodeados de asesores. Realidad comprensible si pensamos que los políticos españoles saltan con demasiada frecuencia de un departamento de cultura a uno de interior o que los que languidecían en la oposición municipal brillan ahora en los despachos de carreteras y fomento. Lo mismo valen para un roto que para un descosido. Así que necesitan asesores. Y, aunque a veces los políticos cambian, los asesores permanecen: ahí están los permanentes asesores pedagógicos minando (desde hace décadas) las instituciones educativas de nuestro país con una constancia que algún día estudiarán psiquiatras especializados en psicosis compulsiva. Tampoco es raro que algunos asesores se conviertan en funcionarios de ministerios o diputaciones (en la de Granada, por ejemplo) tras la celebración de oposiciones descaradamente amañadas.

Así que Artur Mas también tiene asesores: reunidos bajo el flamante epítome de Consejo Asesor de la Transición Nacional (organismo instaurado por el gobierno de Generalitat), se ocupan de la elaboración de hojas de ruta para una posible independencia de Cataluña. Pero, igual que ocurre con todas las asesorías, también en este caso se han deslizado algunas sugerencias dignas de tomar en cuenta. Veamos: entre ellas destaca la creación de un Consejo Ibérico, que, al estilo del Nordic Council de los países escandinavos, podría servirnos para garantizar la cooperación (en el terreno económico, cultural y social) entre todos los territorios de la península Ibérica. En ese Consejo Ibérico estarían integradas España, Portugal, Andorra y una hipotética Cataluña independiente. Sólo tengo dos objeciones. Primera: ¿Por qué constituir ese Consejo Ibérico al final del proceso y no al principio? Es decir, ¿por qué no confederarnos ya con Andorra y Portugal y buscar simultáneamente una posición cómoda para Cataluña que no hiera los sentimientos de españoles y catalanes? Y segunda: ¿Por qué olvidarse de Gibraltar? ¿Acaso el nacionalismo catalán comparte con el español el mismo catálogo de fobias? Sería estupendo que Gibraltar estuviera también en esa Confederación Ibérica: tendríamos cinco idiomas oficiales (uno de ellos sería el inglés), dos monedas (la libra y el euro) y pasaríamos a formar parte (sin abandonar la UE) de la British Commonwealth of Nations; así aprenderíamos a dimitir de vez en cuando y a tener las cuentas un poco más claras.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios