Confabulario
Manuel Gregorio González
Lotería y nacimientos
SABEMOS que a la clase política le agrada utilizar los símiles deportivos, pareciera que con ellos se les entiende mejor y conectan con el pueblo. También resulta muy útil el tema de los colores, los azules y los rojos. En los últimos días pareciera que a la fachada del Ayuntamiento de Granada le han dado una mano de pintura, pasando del azul al rojo. Yo la veo con el mismo ocre-gris-amarillo de casi siempre, aunque reconozco que mis capacidades artísticas son limitadas. Me manejo mejor con los deportes, y por ello utilizo el deporte para felicitar a Cuenca.
Me refiero, inicialmente, a Isaac Cuenca López, futbolista del Granada CF, que con sus dos goles fue decisivo en la victoria del equipo frente al Sevilla y con ello asegurar la permanencia en Primera División. Derivado de ello resulta que Granada está en todos los medios de comunicación deportiva pues puede quitarle la liga al Barcelona y dársela al Madrid. Hay que vender noticias una semana y nos tocó la lotería. No se habló tanto del equipo en toda la temporada, da igual si bien o mal.
O podría referirme a Francisco Cuenca Rodríguez, aficionado del Granada CF, que celebró los goles de su tocayo en el estadio sevillano y podrá ver al equipo en Primera División otro año más. Y ojalá que, por lo menos, durante sus tres años de (nueva) alcaldía el fútbol de la ciudad se mantenga en Primera. Sería la más larga permanencia del equipo en la mejor liga del mundo. Superaríamos aquellos ocho años del final del franquismo y la transición, casi en blanco y negro, y escribiríamos casi una década en el fulgurante siglo XXI de las estrellas. Eso sí que sería pasar del azul (gris) al rojo (estelar).
Supuesto que el árbitro Salvador le permita jugar la partida durante tres años, le podemos recordar a Cuenca (el alcalde) que en efecto la ciudad requiere ponerse en marcha y marcar ritmos distintos. Puede que arrancar el tranvía sea ahora más fácil, por ejemplo; puede que no pelearse con Sevilla también (gracias por el 1 a 4). No es por confundir deporte y política pero digamos que Cuenca supo leer mejor los tiempos, supo esperar su momento, no pidió el cambio y esperó su oportunidad para ponerse un punto arriba. El rival se empeñó en mantenerse renqueante, viviendo de las rentas y se la metieron por la escuadra. Bravo Cuenca, te mereces el triunfo aunque sea sufriendo. Y es que estamos en Granada, no puede ser de otra manera. Vale.
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