Rectificando

Los granadinos han encontrado otra razón para estar contentos en su ciudad. El tranvía funciona

En varias ocasiones he escrito en esta columna de opinión y en diversas tribunas de este diario acerca del Metropolitano de Granada, siendo en general bastante negativo en mis opiniones. Considero que los granadinos hemos tenido más paciencia que cierto santo mientras se ralentizaban o paralizaban las obras, o mientras nos aplazaban de mes en mes el inicio de su explotación comercial, y seguimos esperando que el sistema de trasbordo sea operativo aunque para la clase política parezca que ya está todo arreglado. Podemos incluir en eso de los arreglos las obras del eje Calle Palencia-Arabial que ya he perdido la cuenta de las ocasiones en que se han anunciando y seguimos con un asfalto endiablado y desperfectos varios. Diríase que a la clase gobernante, de todos los colores, le basta con los titulares y ya pareciera todo concluso y arreglado.

En algún lugar de mis carpetas de imágenes conservo las fotografías de un viejo olmo que, desde una esquina de la Avenida de América, ha visto pasar las estaciones mientras las obras del Metro, en su linda curva, discurrían lentamente o simplemente había una vallas en donde nada se movía. Las conservo como ejemplo del paso del tiempo, el cambio de los colores en los árboles y la capacidad casi infinita de quebrantar las promesas electorales.

Dicho y recordado todo lo anterior he de comenzar el año con unas palabras de rectificación. Y como yo creo que otros muchos granadinos (y granadinas, claro) debemos de reconocer que esto del Metropolitano funciona bastante mejor de lo que augurábamos o pronosticábamos hace algún tiempo. Quizás bastante cabreados por las molestias de las obras y los retrasos pensábamos que no iba a funcionar o que no se iba a utilizar. Nones.

Aparte números oficiales que, como las estadísticas, pueden interpretarse según colores, lo que se palpa en la calle es que el Metro se utiliza; es cómodo; permite dejar el coche aparcado; lo piden ya en otros municipios; hasta los ciudadanos de Jaén le tienen envidia y les lleva puerta a puerta del bus a las compras. La de ventajas que le vamos descubriendo, aún con varias cuestiones que se pueden mejorar en su funcionamiento. Diría que los granadinos y granadinas han encontrado otra razón para estar contentos en su ciudad. El tranvía funciona. No me duelen prendas de rectificar y afirmar que estaba equivocado. Lástima que a nuestra clase política eso de rectificar ni por asomo se le ocurre. Y seguimos sin tren. Vale.

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