Rizobacterias: aliadas para restaurar aguas del impacto del 'fast fashion'
La biorremediación por bacterias, una estrategia para eliminar contaminantes en medios muy diversos
Mascotas, ¿amor a los animales?
Se dice que es posible predecir el color de moda en la próxima temporada semanas antes de que las prendas lleguen a los escaparates de las marcas más conocidas. La clave está en el color que tiñe las aguas de los ríos de Malasia, China o Taiwán, países donde se concentra la producción mundial textil. Azul, púrpura o verde se superponen al color natural del agua en el instante en que las prendas se confeccionan. ¿La razón? La presencia de miles de toneladas de colorantes sintéticos liberados en los efluentes de las fábricas textiles como residuos del proceso de tinción de las prendas. Un caleidoscopio de colores que altera el medio y supone un riesgo para la salud de las personas.
Los colorantes son compuestos químicos que confieren color a aquellas sustancias sobre las que se fijan. Podemos diferenciarlos en tintes y pigmentos; los primeros son solubles y aplicables en forma líquida, y los segundos, insolubles y sólo manejables en suspensión. Los tintes son los que se emplean en la industria textil para el teñido de las prendas. Atractivos para su uso industrial, no obstante, se ha demostrado que muchos de estos compuestos químicos tienen efectos perjudiciales sobre la salud. Muchos están considerados cancerígenos o tienen efectos nocivos sobre la piel, el sistema nervioso o los órganos reproductores tras la exposición a los mismos. La presencia de estos colorantes en los cursos fluviales también afecta profundamente a la salud de los ecosistemas, interfiriendo en todos los niveles de la cadena trófica.
El tratamiento de los efluentes industriales es insuficiente para evitar los vertidos o remediarlos con éxito cuando se producen. Muchos colorantes son compuestos muy estables, difíciles de degradar, o son muy solubles en agua, lo que hace su retirada prácticamente imposible; o no se dispone de recursos suficientes para implementar sistemas de tratamiento adecuados.
¿Cómo devolver los ríos a su estado original y evitar su deterioro por esta contaminación? Hay que buscar métodos innovadores. El equipo liderado por Juan Sanjuán y Daniel Pérez, científicos titulares del CSIC en la Estación Experimental del Zaidín de Granada, están en la tarea y han dado con un microscópico aliado que podría poseer la clave para la descontaminación de las aguas. Una rizobacteria conocida como Rhizobium etli. Las rizobacterias, en su interacción con las raíces vegetales, producen exopolisacáridos, que en su medio natural cumplen una función en la relación de simbiosis entre la bacteria y la planta a la que ésta coloniza.
Al estudiar los mecanismos genéticos que regulan su producción, se han logrado obtener cultivos bacterianos que producen estos polisacáridos en cantidades muy superiores a las que se producen de manera natural. Cuando estas bacterias crecen en un medio líquido en el que hay presencia de colorantes, estos pueden quedar atrapados en los flóculos que se forman, en un proceso conocido como adsorción. De esta manera, dejan de estar disueltos en el agua, facilitando su retirada por métodos físicos. Esta solución no solo pretende ser eficaz sino también respetuosa con el medio ambiente, proporcionando un tratamiento que pueda ser implementado sin interponerse a la regeneración de los ecosistemas, ya que se basa en procesos biológicos. A este beneficio se suma su bajo coste económico.
La investigación se centra en los colorantes azoicos, los más numerosos y empleados en el sector textil, por tanto, los más presentes en los vertidos contaminantes del medio. Además de ser altamente tóxicos, este tipo de colorantes se degradan en subproductos tóxicos, las aminas, por acción de los elementos o con la exposición a la luz, por fotodegradación. Esta es la hoja de ruta de nuestro trabajo. Hasta el momento, los resultados obtenidos son prometedores. Hay que consolidarlos y estudiar la seguridad y eficacia de este sistema en éstos y otros colorantes, labor que llevo a cabo en el marco del Máster en Biotecnología de la Universidad de Granada.
El uso de bacterias para eliminar contaminantes del medio es un ejemplo de la llamada, por parte de la academia científica, biorremediación; el proceso biotecnológico por el cual se recurre al uso de diferentes microorganismos, hongos, plantas o las enzimas derivadas de ellos para recuperar un medio ambiente alterado por contaminantes a su condición natural. Otras especies se han empleado para eliminar metales pesados, hidrocarburos o compuestos nitrogenados. Ahora iniciamos la biorremediación de colorantes, lo que es indicativo del increíble potencial de esta estrategia.
La biotecnología nos demuestra, de nuevo, que hasta en algo tan minúsculo como las bacterias encontramos grandes aliados. Por mucho que avances como este sean solo una pequeña pieza en el enorme rompecabezas de la crisis climática, energética y medioambiental, demuestran que la ciencia está de nuestro lado cuando se trata de preservar el planeta y la salud de quienes viven en él.
Temas relacionados
No hay comentarios