Un pez que construye nidos y cambia de sexo

La mar de biodiversidad

El tordo es un pez sorprendente, con una coloración variable que depende del sexo, la edad y la época del año

Arquitecto submarino incansable, tiene un comportamiento reproductivo complejo

Un ‘galán’ muy cotizado y tímido

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Pez Tordo / Juan Fernando García

El tordo (Symphodus tinca) es un pez de la familia de los lábridos y del orden de los perciformes. También se le conoce como peto, señoría o botón. Su cuerpo es alargado y fuerte, lo que le permite deslizarse con agilidad entre las rocas. El dorso es alto y comprimido lateralmente con la cabeza muy pronunciada que acaba en una gran boca en posición terminal, protráctil, equipada con labios gruesos y dientes fuertes y cónicos, una adaptación que resulta crucial para su alimentación, a base de pequeños peces, crustáceos y moluscos.

Sus ojos son grandes y están situados lateralmente, proporcionándole un amplio campo de visión, esencial para detectar presas y evitar peligros en un entorno complejo. Las aletas, bien desarrolladas, incluyen una aleta dorsal larga y continua, una aleta anal también extensa y aletas pectorales robustas que le confieren una gran maniobrabilidad. La aleta caudal es redondeada, proporcionándole el impulso necesario para sus movimientos ágiles y precisos.

Un mosaico de colores y formas

Pez tordo macho. / Juan Fernando García

El tordo es un pez de tamaño mediano, que generalmente alcanza entre 20 y 30 centímetros de longitud, aunque se han registrado ejemplares de hasta 40 centímetros. Pero lo que realmente lo distingue es su espectacular y variable coloración, que lo lleva a figurar en cualquier catálogo de peces ornamentales del entorno mediterráneo.

Su paleta de colores es asombrosa y puede variar considerablemente entre individuos, incluso dentro de la misma población, en función de la edad, sexo o etapa reproductiva. La diferencia más importante es la que se produce entre los machos con librea nupcial y las hembras. Durante la época de cría, los machos lucen tonalidades vibrantes que van desde el verde oliva y el marrón rojizo hasta azules intensos, naranjas y amarillos, destacando tres bandas longitudinales de color rojizo parduzco. A menudo presentan patrones reticulados o marmóreos, con manchas y líneas iridiscentes que rompen su silueta, proporcionando un camuflaje excepcional entre las algas y las rocas.

Las hembras y los ejemplares jóvenes suelen tener una coloración más discreta, dominada por tonos marrones y verdosos, con dos bandas longitudinales de color marrón más oscuro, colores más crípticos que les permiten pasar desapercibidos ante posibles depredadores.

Ambos sexos presentan una máscara facial negra que le atraviesa el hocico y una mancha negra mediana en el pedúnculo caudal.

Pez tordo hembra. / wikipedia

Hábitat y distribución

El tordo es una especie bentónica, lo que significa que pasa la mayor parte de su vida asociado al fondo marino. Su hábitat preferido son las zonas costeras poco profundas, desde unos pocos metros hasta profundidades de 50 metros, aunque es más común encontrarlo en los primeros 20 metros. Frecuenta fondos rocosos, ricos en cuevas, grietas y salientes que le proporcionan refugio y escondites. También se le encuentra en praderas de fanerógamas marinas, especialmente de Posidonia oceanica, donde las hojas largas y densas ofrecen un excelente hábitat para la búsqueda de alimento y la protección. La presencia de rocas cubiertas de algas es fundamental, ya que constituyen su principal despensa y el material para la construcción de sus nidos.

Es una especie endémica del Mediterráneo, tanto occidental como oriental, aunque se pueden encontrar ejemplares en las costas atlánticas (desde las islas británicas hasta Marruecos, incluyendo las macaronésicas) y en el Mar Negro. Presente en todo el litoral andaluz, es relativamente frecuente en las capturas con trasmallo cerca de la costa, en fondos de piedra. Esta amplia distribución es muestra de su adaptabilidad a diferentes condiciones ambientales, dentro de un determinado rango témico y salino. Es un buen bioindicador ya que depende de la existencia de fondos estructurados y buena calidad del agua.

Reproducción

Es una especie ovípara y hermafrodita proterogínica, es decir todos los individuos nacen como hembras pero con el tiempo algunos ejemplares, bajo ciertas condiciones ambientales o sociales (como la ausencia de machos dominantes) pueden volverse machos. La singularidad de esta especie radica en su estrategia reproductiva basada en la construcción de ‘nidos’ y el cuidado parental de las crías, una rareza entre los peces óseos marinos.

Son los machos quienes asumen la responsabilidad de la construcción del nido. Utilizando sus fuertes mandíbulas y aletas, recogen meticulosamente pequeños fragmentos de algas, guijarros, conchas y otros restos marinos, que unen con un moco pegajoso que ellos mismos producen. Este nido, con forma de cuenco o montículo, se construye típicamente en una depresión del fondo rocoso o entre la vegetación, asegurado a la estructura para evitar que sea arrastrado por las corrientes. El proceso de construcción es laborioso y puede durar varios días, transformando al macho en un verdadero ‘arquitecto submarino’.

La reproducción de Symphodus tinca ocurre durante la primavera y principios del verano, cuando los machos desarrollan sus colores más vivos y adoptan un comportamiento territorial muy activo, con elaboradas danzas de cortejo por encima del nido para atraer a las hembras e ‘invitarlas’ a depositar los huevos. Si una hembra, o varias, aceptan la propuesta, el macho fertiliza externamente los huevos y a partir de ese momento asume la responsabilidad del cuidado de la puesta, vigilando y protegiendo el nido, y a su futura prole frente a depredadores y otros machos incluyendo entre estas tareas el abanicado con las aletas para asegurar una buena oxigenación. Las hembras, sin embargo, no permanecen en el lugar después del desove, desentendiéndose totalmente de los huevos.

Una vez que los alevines eclosionan son planctónicos durante un corto periodo antes de asentarse en el fondo marino y adoptar la forma y hábitos de los adultos.

Múltiples denominaciones locales

Aunque esta especie es comestible y apreciada localmente. Aunque se ve esporádicamente en algunos mercados, sobre todo los machos grandes, no es una especie de interés pesquero y por ello no hay un nombre comercial generalizado. Una de las denominaciones más frecuentemente empleada y extendida en el litoral andaluz es la de bodión, (también las derivaciones de bordión, budión y buyón), aunque el origen de esta voz es incierto. En muchos puertos se emplean otros nombres de aves para estas especies, en relación con las vistosas y coloridas libreas de los machos en vivo, (gorrión, zorzal, loro, canario…).

El nombre científico del género, Symphodus, proviene de la contracción del griego ‘symphysis’ y ‘odous’. La primera significa ‘crecer juntos’, pudiendo hacer referencia a la frecuente cohabitación con otras especies. La segunda, hace alusión a la dentición ya que estas especies presentan una protuberante mandíbula inferior, que podría explicar esta referencia.

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