Cómics

Al otro lado del túnel

  • ¿Cómo lidiar ante lo inevitable?

Ilustración de portada del cómic.

Ilustración de portada del cómic.

Junto a Jeff Lemire hemos viajado a distantes planetas, perseguidos por hordas de monstruos, compartido aventuras y misterios junto a los mayores héroes de Spiral City, conocido el terror verdadero que se escondía dentro del Granero Negro

Pero en cualquier género en el que trabaje, hay siempre un nexo común. El factor humano, que es precisamente una de las principales claves del éxito de este canadiense de aspecto tranquilo que sabe dotar a sus creaciones de personalidades con las que empatizamos desde la primera viñeta. Los problemas, traumas, etc, que padecen son muy reales y los compartimos en muchas ocasiones.

Lemire, como guionista, tiene una producción constante y brutal. Casi no hay un mes en el que no presente una nueva serie o miniserie en la que comparte autoría con algunos de los mejores dibujantes del panorama internacional.

Pero, de vez en cuando, se reserva para sí las labores de ilustrador (Essex County, Un tipo duro, Rotal City…) y nos regala relatos donde demuestra con su característico trazo, que además de poseer una imaginación de lo más fértil, es un narrador gráfico de primera categoría.

En Cazarranas vamos a conocer a un niño que se divierte atrapando a los escurridizos animales que dan título a este cómic, aunque éste es un recuerdo, una ensoñación si preferís llamarla así, que nos conduce a un hombre que despierta en la habitación de un hotel.

No sabe muy bien dónde se encuentra, y algo desconcertado sale al pasillo donde hay diferentes puertas numeradas. A lo largo de su recorrido por el desierto lugar, se topará con algún objeto que es una pista sobre esos recuerdos que están difusos en la cabeza del protagonista: una lata de margarina, el nombre del lugar…

Y, de pronto, el chaval que atrapaba ranas se planta frente a él y, cómo si de un experto guía se tratar, le advertirá sobre el peligro que se esconde tras una de las puertas del lugar.

Pero también, en un nuevo salto narrativo y temporal, en una aséptica habitación de hospital, una envejecida y terminal versión del hombre que, casi sin fuerzas ya, trata de rememorar, de volver a recuperar esos recuerdos que se le escapan de entre los dedos, y que son episodios, imágenes de esa vida imperfecta, en la que le falló a los suyos.

Una de las grandes preguntas que el hombre se hace constantemente es conocer qué encontraremos tras dejar este mundo, la envoltura mortal. ¿Hay algo al final de este oscuro túnel? ¿Nos acompañaran nuestros recuerdos? ¿Existe redención para los errores cometidos a lo largo de nuestra existencia?

Con una narración donde prima lo visual en gran parte, Jeff Lemire nos lleva de la mano a través de los recuerdos del protagonista, en un viaje extraño, con una fuerte carga onírica y de misterio, un recorrido donde finalmente todas las preguntas serán respondidas.

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